Pliego
Portadilla del Pliego nº 3.233
Nº 3.233

La catedral de Palencia cumple 700 años

El pasado 1 de junio de 2021, se cumplieron 700 años desde que se puso la primera piedra de la catedral gótica de Palencia. Una ocasión bien propicia, que a los palentinos nos llena de sano orgullo por el rico patrimonio artístico conservado. Gozosamente, nos relaciona con un pasado glorioso, nos lleva a valorar el presente y a orientarnos hacia el futuro, difundiendo el rico legado que hemos recibido, conservando lo que tiene de valioso y engrandeciendo lo que necesitan los nuevos tiempos para hacer de su primer edificio algo más hermoso y atrayente.



Cuatro días más tarde, el sábado 5 del mismo mes, el obispo de la diócesis, el agustino Manuel Herrero Fernández, junto con el nuncio de Su Santidad en España, Bernardito Auza –que presidió la celebración–, dos cardenales y casi una docena de obispos, así como un buen número sacerdotes y de fieles del Pueblo de Dios que peregrina en esta tierra, con gran espíritu de comunión, todos juntos celebramos una festiva eucaristía, mostrando gran alegría interior, a pesar de que la pandemia –como en el resto del mundo– sigue asolando también nuestra tierra. No faltaron a la cita autoridades locales, provinciales y regionales, y personas de la cultura, enamorados de la catedral palentina.

Dos temas me propongo resaltar en estas páginas como recuerdo del acontecimiento celebrado, que conserva especial significación para los palentinos, ya que siempre hemos estado muy unidos a nuestro templo y lo hemos conservado como uno de nuestros signos más distintivo: el primero tiene que ver con la reflexión teológica, y lo he titulado “Catedral y teología”; el segundo (“Pequeña guía espiritual para visitar solo la catedral”) puede considerarse como un vademécum para encontrarse con ella en silencio y oración.

Apenas se estudia la catedral en su relación con la teología, lo que no deja de ser un déficit lamentable. Se aborda más en la historia del arte que en la historia de la espiritualidad. Pero hay algo más: los documentos del Concilio Vaticano II no se refieren al tema de las catedrales, no lo tratan detenidamente en ninguna parte. Ni siquiera he encontrado la palabra, aunque tal vez aparezca de paso. Es bien significativo que, en el breve capítulo VII de la constitución ‘Sacrosanctum Concilium’ sobre la Sagrada Liturgia, cuando habla de “El arte y los objetos sagrados”, cita los “edificios” (n. 123), los “templos” (n. 124), las “iglesias” (n. 125), pero no menciona directamente las “catedrales”. Pienso que se trata de un olvido, que fácilmente podría haber sido subsanado.

Las grandes olvidadas

Los padres conciliares estudiaron la importancia de las parroquias, de las comunidades religiosas, de los movimientos apostólicos. Valoraron con detenimiento las diócesis, la misión de los obispos y sacerdotes, la actuación apostólica de los seglares, diseñaron una constitución para la liturgia, pero dejaron a un lado cualquier estudio –por pequeño que fuera– de las catedrales. Las enseñanzas de los papas y de la teología posconciliar apenas inciden en ellas. Diría que las catedrales son las grandes olvidadas de la teología del pasado y del presente. Los diccionarios teológicos o no mencionan el término o proporcionan una minúscula información sobre ellas. Es la ‘domus Ecclesiae’, la ‘domus episcopalis’ o ‘episcopi’, considerándola en ocasiones como “la iglesia parroquial de toda la ciudad”. Se olvida, por ejemplo, que son un icono bien significativo del Cuerpo Místico de Cristo.

¿Se puede despachar un tema como este con la simple referencia de que es la “casa de la Iglesia o del obispo”? ¿No se necesita hablar de la misión episcopal dentro del ámbito material que supone su espacio concreto? En realidad, solo se toman en serio las catedrales cuando se las considera desde la perspectiva del arte y la cultura. Y no debería ser así. Ofrecen una significación teológica que conviene tratar con un mayor detenimiento, algo que me propongo desarrollar aquí. Desde luego, no intento presentar una teología completa de la catedral, pero sí comentar algo más el tema de lo que se ha venido haciendo hasta ahora.

Tres funciones

Desde mi punto de vista, las catedrales cumplen tres funciones bien significativas, que conviene considerar con el debido detenimiento:

a) Es la cátedra del obispo, servidor primero del Pueblo de Dios en una porción concreta de la Iglesia universal en comunión con el papa.

b) Es la iglesia madre de la diócesis, el lugar privilegiado en el que resuena la Palabra de Dios y el testimonio de la vida cristiana.

c) Es signo fehaciente del Cuerpo Místico de Cristo, donde se celebran los sacramentos de modo especialmente solemne, sobre todo el bautismo y la eucaristía en la Vigilia Pascual. (…)

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Índice del Pliego

I. CATEDRAL Y TEOLOGÍA

1. Redimensionar la teología de la catedral

  • a) La cátedra del obispo
  • b) Lugar privilegiado de la escucha de la Palabra de Dios
  • c) Lugar donde se celebran los misterios centrales del cristianismo

2. Al amparo de la cruz

3. La adoración de la Trinidad

Desenlace

II. PEQUEÑA GUÍA ESPIRITUAL PARA VISITAR SOLO LA CATEDRAL

1. Los secretos de la cruz

  • La importancia de la cruz
  • Descripción de la cruz en la catedral
  • Las pinturas de Juan de Flandes

2. Centrándonos en el Crucificado

3. La Trinidad, protagonista del destino del Crucificado

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