Libros

Un libro con duende


En ‘El revés de la trama’ Javier Morales recensiona la obra de fotografías de Jerónimo Navarrete Flamencos (Rey Lear, 2013).

L_Flamencos

Título: Flamencos

Fotografías: Jerónimo Navarrete

Textos: José María Goicoechea y José Manuel Gómez

Editorial: Rey Lear, 2013

Ciudad: Madrid

Páginas: 320

JAVIER MORALES | Por suerte, hace tiempo que el flamenco ha dejado de asociarse a lo folclórico y se ha convertido en patrimonio cultural, no solo de España, sino de la humanidad, como lo reconoció no hace mucho la ONU. Entre los apasionados de esta música, se encuentra el fotógrafo Jerónimo Navarrete, quien, durante más de veinte años, ha retratado a lo más granado del flamenco.

La editorial Rey Lear publica ahora un libro que recoge una selección de estas fotografías, acompañadas, como si de un concierto se tratase, del ritmo de los textos de dos periodistas musicales de referencia, José María Goicoechea y José Manuel Gómez.

Abre Flamencos la seriedad de Paco de Lucía y, si seguimos pasando páginas, nos encontraremos la mirada burlona y canalla de Camarón, el gesto de emperatriz egipcia de La Faraona, el rostro dulce de Sara Baras, el perfil desencajado de Agujetas de Jerez, la mirada patriarcal de los Habichuela o la pose segura, dura y ecléctica de Enrique Morente. Bailaores, cantaores, guitarristas, modernos, clásicos, son muchos los flamencos que posan ante el objetivo de Navarrete.

Como el flamenco, la fotografía también se basa en el instante, y Navarrete ha logrado transmitirnos un instante en las vidas de estos duendes. Navarrete ha querido retratar a los artistas en blanco y negro y en primer plano, como si de esta forma hubiera querido sacarles de su hábitat natural, el escenario, y comprobar cómo son en realidad, fuera de su ambiente.

El reto de los textos que acompañan las fotos no es menor. ¿Cómo meter en una página la vida de un Paco de Lucía, por ejemplo?, se pregunta Goicoechea. La respuesta está en el detalle, en la anécdota, tan importante en la literatura, de ficción o no. Podríamos pensar en las Vidas imaginarias de Marcel Schowb, solo que aquí las vidas son reales, cantan, bailan y taconean.

En el nº 2.902 de Vida Nueva

Actualizado
11/07/2014 | 07:00
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