Un libro-homenaje dirigido por Vicent Comes Iglesia (Generalitat Valenciana, 2009) y recensionado por Rafael Mª Sanz de Diego, SJ
Cuidados y consuelos. Cien años de Fontilles (1909-2009)
Director: Vicent Comes Iglesia (dir.)
Edita: Generalitat Valenciana
Ciudad: Valencia, 2009
Páginas: 382
(Rafael Mª Sanz de Diego, SJ) Se ha cumplido este año el centenario de un centro conocido internacionalmente por el cuidado y remedio de la lepra. Ésta, durante siglos incurable y tenida por contagiosa, era, además de enfermedad, un estigma social. No sólo por su pretendida condición de castigo divino, sino especialmente porque su doble carácter –incurable y contagiosa– exigía el apartamiento social de los leprosos. El estudio de la enfermedad progresó desde que Hansen descubrió en 1873 el bacilo que la causaba. Fue necesario un siglo más para que la enfermedad pudiese ser curada y tratada ambulatoriamente, sin ser precisa la reclusión de los enfermos. En este tiempo, Fontilles ha sido un nombre universalmente conocido y reconocido al juntar, como sugiere el título, ciencia y amor. El libro recoge su historia en más de cien años: en 1909 se inauguró la Colonia Sanatorio de San Francisco de Borja, pero el proyecto y trabajos preparatorios venían de atrás, fruto del empeño del jesuita Carlos Ferrís y del seglar Joaquín Ballester.
El centro ha pasado por varias etapas. El autor las engloba en seis periodos. Antes de embarcarse en su narración, ha pedido colaboración a tres especialistas: el P. Manuel Revuelta, como historiador de la Compañía de Jesús española, el profesor Feliciano Montero, que enmarca la historia de Fontilles en la del catolicismo social español, y el doctor Joan Ferrán Martínez Navarro, que lo hace en la evolución de la sanidad y la atención a la lepra, también en España.
Fontilles fue una microsociedad dentro de España, aunque sujeta a los avatares nacionales de este siglo. Han sido su apoyo los jesuitas y las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada. Los primeros llevaron la atención pastoral (el “espíritu de Fontilles”) y las segundas se ocuparon de la atención sanitaria. Económicamente, Fontilles empezó a recibir subvenciones oficiales durante la dictadura de Primo de Rivera, que escasearon en la época de Franco. Durante la II República, las autoridades intervinieron el Sanatorio, pese a no ser propiedad de la disuelta Compañía de Jesús. En esta historia hay ejemplos de entrega abnegada y también embaucadores que jugaban con el ansia de curación de los leprosos y agitadores que encontraron eco en algunos enfermos durante los años republicanos.
Fontilles merecía que se escribiese su historia con rigor, atención a los archivos y equilibrio. El autor lo ha logrado. Descubre aspectos desconocidos de una acción eclesial ejemplar. Datos estadísticos precisos, una sinopsis cronológica y el índice onomástico completan una obra muy bien presentada.
En el nº 2.671 de Vida Nueva.
