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Maestras del arte

Este mes ‘Donne Chiesa Mondo’ habla de las artistas y su relación con lo sagrado partiendo de algunas que fueron muy famosas en su época, luego olvidadas y después de nuevo protagonistas en el siglo XX. Mujeres que, por su talento y capacidad, ocupan un lugar específico en la historia del arte y sus obras cuelgan de las paredes de museos o colecciones privadas, tienen compradores y son muy cotizadas.



Muchas veces aprendieron la técnica en los talleres de sus padres o la aprendieron por su cuenta en conventos, comenzando a trabajar desde muy jóvenes. Como la prolífica Elisabetta Sirani, estrella del barroco boloñés, considerada por sus contemporáneos “el mejor pincel de Bolonia”, que en su corta vida (falleció a los 27 años) logró pintar doscientas obras, noventa antes de cumplir diecisiete años.

El arte para las mujeres no fue solo una oportunidad profesional, fue también una oportunidad para emanciparse. Lavinia Fontana hizo aceptar a su futuro marido “un contrato matrimonial” bastante inusual para aquellos tiempos: ella continuaría su carrera como pintora mientras él prácticamente actuaría como su agente. Estas artistas se adelantaron a su tiempo y fueron pioneras en abordar cuestiones relativas al mundo femenino al representar personajes fuertes, decididos e independientes, desafiando la modos pacatos de la época.

En sus obras encontramos arte, sufrimiento y pasión. Vida. Artemisia Gentileschi denunció la violencia que había sufrido en un tiempo en el que parecía imposible hacerlo y afrontó el juicio, a pesar de verse obligada a someterse a una larga serie de visitas e interrogatorios bajo tortura.

Acercamiento a lo sagrado

El acercamiento a lo sagrado de estas pintoras se hace visible en la elección de sus temas con santas famosas por su martirio, personajes bíblicos y escenas evangélicas. Pero, sobre todo, en la narrativa: el Bien y el Mal, la vida, la muerte, la culpa, el castigo, la conversión y la redención. En este contexto Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos, comenta algunas obras de artistas que retratan a mujeres de la vida de Jesús, “un testimonio visual de la armonía que, en virtud de la naturaleza íntima de su realización, logra esponjar y tocar el corazón profundamente”.