A pie de calle

Ianire Angulo Ordorika
Profesora de la Facultad de Teología de la Universidad Loyola

Santa paciencia

Me encantaría tocar la guitarra, pero tengo que confesar que nunca conseguí aprender a hacerlo. Lo intenté durante un tiempo, pero en el momento en el que el fa mayor entró en mi vida y tuve que intentar contorsiones imposibles sin conseguir que emitiera un sonido algo parecido al que correspondía, opté por dejarlo. Fue

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Cambio de hora… y de mentalidad

Supongo que alguna ventaja tendrá esto del cambio de hora, pero a mí esto de adelantar una hora el reloj me mantiene desubicada durante un par de días. Además de lo que me cuesta pensar que me han arrebatado sesenta minutos de precioso y escaso sueño, siempre me asalta la sensación de que alguien me

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A mi sobrino Mikel

Mi sobrino pequeño se llama Mikel y tiene algo más de ocho meses. No le veo “en directo” desde agosto, pero gracias a las llamadas con vídeo de WhatsApp o a las fotografías que me envían a diario, puedo ir haciendo un seguimiento cotidiano de cada uno de sus avances. Desde cómo va variando su

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Contagiarse de los artistas de las fallas

En plena semana fallera en Valencia, no tengo ningún reparo en hacer confesión pública de mi más profunda ignorancia en relación a este tema. Eso sí, ya he comprendido algunas cuestiones importantes por tener amigos valencianos. Una de ellas es que no se puede llamar “paella” a cualquier “arroz con cosas”. Otra es que la

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Momentos grabados en la memoria

Hay acontecimientos que se nos quedan como tatuados en la memoria colectiva y, como si se paralizara el tiempo, recordamos exactamente qué es lo que estábamos haciendo, dónde estábamos y con quién cuando supimos de su desenlace. No me resulta difícil recordar cómo estaba visitando un monumento con unas Hermanas venidas del extranjero cuando supe

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Virus

Vivir en comunidad supone compartir lo que somos y tenemos, incluidos los virus. La que suscribe lleva una semana esquivando la amenaza de un virus gástrico que empieza a campar a sus anchas entre los rincones de mi casa y los sistemas digestivos de mis hermanas. Somos pocas las que nos hemos librado, al menos

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El indigente que ya no está

Cuando estoy en Granada me gusta subir temprano y andando a la Facultad de Teología. Siempre paso por el Campo del Príncipe donde suele estar aún dormido un indigente protegido por los arbustos y acurrucado entre mantas. No sé su nombre y, como nuestros horarios son bastante distintos, creo que nunca le he visto despierto.

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Ante las elecciones, compartamos la mesa y la vida “con cualquiera”

Espero no ser la única persona a la que tener que ir a votar dentro de poco le da mucha pereza. Tengo cierta sensación de estar repitiendo el día de la marmota, de vivir en un continuo ‘déjà vu’ ante unas elecciones generales que se repiten con más frecuencia de la deseable. Como es de imaginar, lo que

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Sabernos en Buenas Manos

Una amiga se ha sometido hace poco a una intervención quirúrgica para librarse de unas precoces cataratas y, con ellas, también le han hecho desaparecer las dioptrías que le habían acompañado toda su vida. Después de muchos años llevando gafas, se encuentra que ya no las necesita y me confesaba que se siente extraña sin

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Derretir corazas

No importa las veces que hayas podido leer un texto bíblico ni lo que hayas estudiado sobre él, porque siempre te acaba sorprendiendo y desconcertando. Hay un pasaje sobre un endemoniado de la zona de Gerasa que siempre me produce mucha curiosidad. El evangelista Marcos rompe con su habitual tendencia a la brevedad y a

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