José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Tapones para ignorar lo que pasa fuera


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MIÉRCOLES

Webseminar de la mano de Alveus. Sobre la gestión de los bienes de la Iglesia al servicio de la misión. Me pone en alerta que, en sus auditorías a congregaciones, hayan constatado que están pagando en comisiones más del doble de lo que deberían. Me preocupa que las inversiones recomendadas no se ajusten a la ética eclesial. Frente a esto, la tentación de seguir guardando el dinero bajo el colchón para que no pase nada. Aunque se pierda la herencia recibida. O peor, dejarlo en manos del sobrino de turno que tanto nos quiere… Y que tanto se quiere a sí mismo.



JUEVES

Conversaciones PPC. Mesa política. Turno de preguntas. Llega una duda desde el chat. “¿Un político cristiano puede ser coherente con la Doctrina Social de la Iglesia?”. García de Andoin recoge el guante: “Yo devuelvo la pregunta. ¿Un cristiano cualquiera es coherente con la Doctrina Social de la Iglesia? Que se examine cada uno. ¿Y la Iglesia como institución? ¿Es coherente con el Evangelio? La historia está llena de imperfecciones, todos las tenemos. Cada cual tiene que luchar en su ámbito, y los que somos políticos, por aquellas partes de su partido que más se alejan”. Examen propio antes de guillotinar al concejal y al diputado.

SÁBADO

Encuentro preparatorio para el capítulo general. García Paredes sugiere colocar un mapamundi en la sala. “Para ver dónde estamos… pero, sobre todo, para ver dónde no estamos y deberíamos estar”.

Por la noche, concierto solidario Por ellas. Regalo inesperado. Y más que interesante. Certamen coral, de artistas con sus bandas en directo, para dejar al descubierto los desafines de algunos. Y la calidad y pervivencia de otros. Uno se va entendiendo por qué Sergio Dalma no se queda desfasado. O por qué Pablo López lo vende todo. Fuerza, profesionalidad y entrega. Moraleja: o lo das todo o durarás lo que dura un single.

DOMINGO

El ciego Bartimeo “empezó a gritar”. ¡Cómo huimos de los que alzan la voz, por maleducados, por despóticos, por energúmenos! Y nos olvidamos de que, cuando alguien se desgañita, lo hace por desesperación, porque su cruz es insoportable, porque sus heridas escuecen de lo lindo… Pero mejor no tratarse con un desequilibrado, no sea que me complique una vida y una fe con unos decibelios debidamente estandarizados que no dejan de ser tapones para ignorar lo que pasa fuera.

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