José Francisco Gómez Hinojosa, vicario general de la Arquidiócesis de Monterrey (México)
Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey (México)

Nuevas estructuras y nuevos sujetos


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Me han invitado a participar, el próximo miércoles, en el congreso ‘Parroquia urbana en salida, sinodal y samaritana’, y que tiene como objetivo: Impulsar la transformación de la parroquia en su identidad y sentido, activando procesos de Iglesia en salida, sinodal y samaritana, para responder a los retos de las grandes ciudades en tiempos de pandemia,organizado por la Arquidiócesis de México.



Se me asignó el tema ‘Nuevas Estructuras Eclesiales para la Parroquia de la Gran Ciudad, y Nuevos Sujetos de la Pastoral Parroquial Urbana’. Comparto algunas reflexiones que voy a plantear en ese foro.

Propondré atender a los tres aspectos fundamentales de la evangelización, y que serían las tres tareas básicas de una parroquia urbana: una fe que se reflexiona en la pastoral catequética, que se vive en la pastoral social y que se celebra en la pastoral litúrgica.

Creo que, a partir de lo experimentado en la pandemia, necesitaríamos la renovación de  estructuras relacionadas con la comunicación -pastoral catequética-, la salud -pastoral social- y el culto -pastoral litúrgica-.

Necesitaremos, entonces, una nueva estructura en las instalaciones de las parroquias urbanas: una oficina cibernética, capaz de comunicarse con todos los fieles, alimentada por jóvenes universitarios, expertos en este tipo de transmisión. Y sí, la contingencia incrementó algo que ya se venía dando, quizá de manera incipiente, pero que se ha consolidado en estos últimos dos años: la presencia de las parroquias urbanas en las redes sociales.

parroquia

También requeriremos de una oficina sanitaria, capaz quizá no de ofrecer intervenciones quirúrgicas muy especializadas, pero sí medicamentos, pruebas y vacunas con precios accesibles. Y es que, así como los primeros misioneros de estas tierras asumieron de manera prioritaria la procuración de la salud entre los nuevos miembros de la comunidad, tal y como lo hizo Jesús de Nazaret, cuya actividad curativa estaba al mismo nivel de su intensidad narrativa, así también la parroquia del futuro.

En tercer lugar, el terreno en que más afectó la pandemia la religiosidad de nuestros fieles fue en lo relacionado con la celebración de la fe. Durante algunas semanas, y en muchas partes del mundo, se suspendieron los actos de culto, acatando recomendaciones o indicaciones de las autoridades civiles. Precisaremos de una oficina de innovación litúrgica, capaz de potencializar toda la creatividad de pastores y laicos, con miras a lograr celebraciones no aparatosas y cargadas de protagonismo, pero sí conectadas con las alegrías y esperanzas, las tristezas y angustias de nuestro pueblo.

De los nuevos sujetos que serán protagonistas en las parroquias urbanas del futuro… platicamos la próxima semana, Dm.

Pro-vocación

Ya pasaron 100 días desde el asesinato de los jesuitas Javier Campos Morales, Joaquín César Mora Salazar, y el guía turístico Pedro Eliodoro Palma, en Chihuahua, México, y es fecha de que el presunto asesino, José Noriel Portillo Gil, sigue prófugo.

Llama la atención que un ejército cada vez más omnipresente a lo largo de todo el país, con el apoyo de la inteligencia norteamericana -que ya ha colaborado en la captura de otros criminales-, no haya podido encontrar a un sospechoso que ni siquiera es de los capos más notables de la delincuencia organizada y, por lo mismo, es de suponerse que no cuenta con apoyo logístico capaz de facilitarle la evasión de la búsqueda por autoridades entrenadas y competentes.

Es muy difícil no pensar que hay complicidad en esta omisión.