José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Miedo a quedarse congelado


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VIERNES

A punto de renunciar por edad, dicen que busca la manera de prorrogarse con cualquier artimaña legal.



SÁBADO

Congreso Católicos y Vida Pública del CEU. Conversación de tú a tú con María San Gil. Cuando has visto cómo un terrorista le disparaba en la nuca a tu compañero de partido, desaparece cualquier algodón en tus reivindicaciones y palabras. “Estoy curtida en recibir insultos y ya no me afecta lo más mínimo. Si no te callas, enseguida te señalan con el dedo y te catalogan como facha”, comenta sobre esta libertad que la metió en algún jaleo que otro en su propio partido y que contagia a su compromiso como cristiana.

No hay nada más progresista que ser católico y practicante. No pretendo que todo el mundo sea católico y lo siento por los que no lo son, pero yo me siento muy orgullosa de serlo y de contarlo. Es como ser de un club de fútbol y avergonzarse. ¡También soy de la Real Sociedad y lo digo!”.

DOMINGO

Jornada Mundial de los Pobres en San Antón. El padre Ángel invita al nuncio. Bernardito Auza habla ante quienes lo tienen más que complicado para tener un techo y llegar a fin de mes. También se acuerda de quienes sufren esa otra pobreza de la soledad y de la ausencia de Dios. “Quitémonos capas de superficialidad”. Y si alguien tiene miedo a quedarse congelado, al quitarse de encima el forro polar de la sociedad de consumo, el padre Ángel espera a la puerta con un cazo de chocolate y porras. Para todos.

LUNES

Asamblea Plenaria. Habitualmente se arranca rezando la hora intermedia. ¿Lapsus? Omella se salta algunos párrafos de su discurso. ¿Despiste? No. Más bien, algo de prisa para que a mediodía el triplete episcopal que anuncia Roma no pille en la sala, con la prensa de por medio y el nuncio fuera de su sede, donde ha de recepcionar el Bolletino vaticano.

MIÉRCOLES

Resaca de los nombramientos episcopales. De nuevo, la quiniela de ternas previa se desmonta en los tres destinos. También la hipótesis de quien quiso dejar caer que el Gobierno no aceptaría ningún nombre como castrense como medida de presión para modificar los acuerdos Iglesia-Estado, a costa de dejar en interinidad la atención pastoral al Ejército. Va a ser que no. Lo que sí parece que funciona a pleno rendimiento es la comisión de apoyo al nuncio para revisar y valorar los nombres que llegan a Roma para las plazas vacantes.