¿Hay que prohibir la Biblia?


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A mediados de agosto saltaba a algunos medios de comunicación esta noticia: “Distrito escolar de Texas retira la Biblia de sus bibliotecas por ser ‘inapropiada’ ante quejas de contenido sexual y violencia”. Este era el titular de la noticia en elimparcial.com, de México. A continuación, se especificaba: “Algunos padres se quejaron de tener ejemplares de la Biblia en las bibliotecas debido a su contenido inapropiado, en el cual se incluyen, según mencionan, violaciones, misoginia, homofobia, esclavitud, asesinato, pedofilia, sacrificio humano, sexo entre personas y animales, etc.”.



Zoofilia

Es verdad que de todas esas cosas se habla en la Biblia. Pero también se habla de eso, por ejemplo, en los periódicos y los informativos de televisión. Además, hay que distinguir. Así, si consideramos el sexo entre personas y animales –tema bizarro donde los haya–, la Biblia habla de ello fundamentalmente en los siguientes textos: “El que se acueste con bestias es reo de muerte” (Ex 22,18); “No te unirás con bestia haciéndote impuro con ella. Y la mujer no se ofrecerá a una bestia para unirse con ella: es una infamia” (Lv 18,23); “Al que se una con una bestia se le dará muerte. Mataréis también a la bestia. Si una mujer se acerca a una bestia y se une a ella, matarás a la mujer y a la bestia. Han de morir; caiga su sangre sobre ellas” (Lv 20,15-16); “Maldito quien se acueste con cualquier bestia. Y todo el pueblo dirá: Amén” (Dt 27,21).

Imagen de archivo de unos jóvenes con una Biblia en español/CNS

Parece claro que la Biblia no es muy partidaria de la zoofilia. Entonces, ¿dónde radicaría la razón para prohibir su lectura? Otro asunto es el de otras cuestiones que se mencionan, como la homofobia, la esclavitud o la violencia. En ese caso, hay que apelar al contexto histórico y cultural en que se compuso el texto sagrado, sabiendo interpretarlo adecuadamente para por distinguir entre lo caduco y prescindible –por estar ligado a situaciones históricas concretas– y los valores permanentes que hay en él. De hecho, ninguna obra de la antigüedad, de cualquier cultura humana que consideremos, se libraría de esa censura tejana.

Y, por encima de todo, esos padres de Texas que pretenden que en las aulas de sus hijos no haya una Biblia parecen fijarse solo en los textos “negativos”. Pero ¿acaso no posee la Biblia también páginas preñadas de humanidad que hacen al ser humano más humano?