José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

¿Dónde está el nuncio?


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MIÉRCOLES

“Más vale una vez colorado que ciento amarillo”. Lo dice mi madre. Es más, me tira de las orejas para que lo aplique.



VIERNES

¿La exaltación del franquismo en una sacristía es delito?

DOMINGO

Evangelio del día. Mercadear. Resulta tan fácil encontrar cómo el otro utiliza el templo para su beneficio personal, que uno se olvida de la capacidad negociadora para convertir la relación personal con Dios en un circo o en un ajuste de cuentas, siempre a favor de uno y en contra del que todo lo perdona. También ese regateo cotidiano del que echo mano más de lo que soy consciente para medio calmar la conciencia herida.

LUNES

El miedo paraliza. Lo diferente congela. Lo desconocido aturde. Solo desde ahí intento justificar que unos y otros pasaran de largo. Por temor imaginario a un grito. A ser increpados. A un aparente circo. A un imaginario huevo lanzado. Solo uno de tantos se detuvo a preguntar qué hacían ahí. En una mañana más que fría. A nadie se le ocurrió bajar un café. El verbo humanizar se conjuga en primera persona del singular. Sin miedo al vulnerable. Porque van por delante. Aquí. Y en el Reino de los cielos.

primer consejero de la Nunciatura Apostólica en España

MARTES

Sigo buscando al nuncio.

MIÉRCOLES

Cantoblanco. Universidad Pontificia Comillas. Coloquio con alumnos de teología sobre ‘Fiducia supplicans’. Mafalda, Filipa, Alessandro, José Daniel, Alessandro y Francesco. Uno a uno, reflexionan en torno a los puntos de la declaración vaticana sobre las bendiciones. Nada de brochazos superficiales. Precisiones de quien se pregunta y pregunta después de trabajarlo a fondo. Sobre la mesa, el sentido de la gracia, las posibles contradicciones con el magisterio, el modelo de plenitud eclesial para los homosexuales, la misericordia.

Enfrente, dos primeros espadas. Javier de la Torre y Pablo Guerrero. “Necesitamos hacer una teología del fracaso, frente a la teología ficción. Las categorías abstractas hay que aterrizarlas en las personas concretas, en la realidad es donde se da la contradición y el fracaso”, sentencia Guerrero. De la Torre no se queda atrás: “El problema no es que la gente se haya ido de la Iglesia, sino que la Iglesia se ha ido fuera de la vida de la gente”.

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