Ianire Angulo Ordorika
Profesora de la Facultad de Teología de la Universidad Loyola

Despedidas de solteros


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En muchos bares de Granada hay carteles bien grandes indicando que no se permite el acceso a quienes celebran despedidas de solteros. No es que me extrañe demasiado la prohibición, la verdad. Hemos socializado y normalizado ese curioso rito de iniciación en el que lo gracioso es disfrazar del modo más humillante posible a quienes están a punto de casarse. Con mucha frecuencia, ante ese espectáculo, una se pregunta si se trata de amigos de los novios o, más bien, de enemigos camuflados que, solapadamente, llevan adelante una cruel venganza.



Amor compartido

Esto es lo que siempre he pensado, pero tengo que reconocer que hay algo que me ha hecho pensarlo desde otra perspectiva. El otro día una amiga me compartió que ella y sus hermanos estaban organizando por sorpresa una “despedida de solteros” para sus padres. Pretendían preparar así el ambiente para la celebración de sus bodas de oro de casados. Esto me ha hecho pensar que quizá, ese rito de iniciación un poco ridículo, también podría convertirse en un modo de festejar las resonancias que tienen para los demás el amor de una pareja, especialmente cuando está curtido por los años. Quiero pensar que, detrás del jaleo, los disfraces y la fiesta, también late ese reconocer y agradecer que el amor no se limita a las personas implicadas, sino que rezuma más allá de ellos y que todos nos beneficiamos de ese ganar en solidez y hondura que regala el tiempo y el compromiso mutuo.

anillo matrimonio

Nuestra existencia es un permanente proceso de amar más y mejor. Las consecuencias de este aprendizaje desbordan con mucho nuestro pequeño ámbito de influencia. Nos demos cuenta o no, la gratuidad y la calidad de nuestro querer a los demás repercute en el bien común, aunque nos resulte algo muy casero y demasiado diminutivo como para eso. Israel lo tenía muy claro, porque no encuentran demasiada contradicción en sentirse elegidos con amor de predilección y, a la vez, reconocer que Dios todavía seguirá “añadiendo otros” pueblos a ese proyecto de amor (Is 56,8). Las despedidas de solteros seguirán sin poder entrar en muchos bares de Granada, pero ¿podrán ayudarnos a recordar que el amor siempre se expande más allá?