José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Cañizares, el hombre de la lealtad


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JUEVES

Vincenzo Paglia en Madrid. Para apadrinar el congreso de ‘Somos’, una red de médicos de cabecera que asiste a los empobrecidos neoyorquinos. Me dice que nota el paso de los años. Lo percibirá él. Porque no relaja ni su denuncia ni su energía: “Necesitamos una revolución sanitaria ante tanta injusticia terrible: nunca debemos abandonar a un enfermo”. Lo sentencia el presidente de la Academia Pontificia para la Vida, un obispo al que el Gobierno italiano le pidió liderar la comisión nacional pospandemia para reformar la asistencia a los mayores. Impensable una colaboración así en España. A nadie se le ocurriría proponer. Y no sé si disponer.



SÁBADO

Jornada de animación misionera en Barcelona. Experiencias de verano compartidas. Mar, delegada de Tarragona, habla de lo vivido el pasado verano en Bolivia. Entre lágrimas. Porque uno de los voluntarios falleció de manera inesperada. “De repente, el Señor te enseña que no eres nada y no eres nadie. Se llevó a Fernando. Para nosotros fue una prueba, pero también un regalo de cómo aquella Iglesia fue nuestra familia en el peor momento posible”.

DOMINGO

Escapada a Lisboa. Misa en el monasterio de los Jerónimos en Belém. El párroco arranca su homilía instando a los presentes a mirar el cartel de la JMJ 2023 y termina la eucaristía pidiendo participación y voluntarios. No se puede augurar hoy la calidad del encuentro, pero la calidez parece garantizada.

LUNES

Jubilación del cardenal Cañizares. Cinco días antes de cumplir 77 años. Dos de prórroga. Cese que rompe con el argumentario de otras sucesiones recientes motivadas por el cepillo y otros desmanes. En Valencia solo ha primado la fragilidad física. “Me he gastado y desgastado hasta la extenuación por la Iglesia”. Palabras de don Antonio tras la aceptación de su renuncia por parte de un Papa que nunca le ha reprochado o cuestionado. Aun cuando desde fuera les han dibujado antagónicos. El ya purpurado emérito respondió solícito a un encargo directo de Francisco. Le demostró, como con Wojtyla y Ratzinger, que es el hombre de la lealtad.

MARTES

Malestar romano por quién está empeñado en echar leña a la demora en los nombramientos episcopales. No llegan las ternas a la mesa del prefecto. Y no por culpa de la comisión. Quizá filtra esa tesis, está enrocado porque sus ternas ya no cuelan.

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