El obispo emérito de Río Gallegos y miembro de la de la Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes (CEMI), Juan Carlos Romanín, presentó un comunicado en el que intercedió por Doon Jin Hwang, un pastor coreano acusado de intento de homicidio de su pareja, en la provincia de Chubut.
“¿A quién tendremos delante en la Audiencia del día 2 de febrero? A un inmigrante, a un coreano, a un ciudadano, ¿a un hombre? Tendremos delante a Doon Jin Hwang, una persona con la misma dignidad que cualquier otra que en su día llegó a nuestro país con algunos sueños y deseando desde su ciudadanía aportar algo”, expresó el texto del organismo eclesial.
El organismo eclesial señaló también que Hwang no es un santo y hasta es posible que haya cometido algún delito, lo cual no da derecho a añadir “peros” a su dignidad humana. “Pero es inmigrante, pero es un hombre violento, pero es coreano … conclusión: no es igual que nosotros”, ironizó.
La CEMI consideró que el coreano por ser persona es beneficiario, en virtud de su dignidad humana, de todos los derechos humanos protegidos por el derecho internacional, “sin discriminación, en condiciones de igualdad con los ciudadanos”. Asimismo, aseveró que él como tantos migrantes probablemente sufra algún tipo de discriminación y de abuso, más allá del marco jurídico.
Justicia sin peros
En el comunicado, recordaron el discurso del Papa Francisco (Foro Internacional sobre Migraciones y Paz, 21 de febrero de 2017) que señalaba: “Hoy más que nunca es necesario reafirmar la centralidad de la persona humana, sin permitir que condiciones contingentes y accesorias, como también el necesario cumplimiento de requisitos burocráticos o administrativos, ofusquen la dignidad esencial”. Además, pidieron estar despierto ante quienes explotan la situación de vulnerabilidad de los inmigrantes que sufren el desarraigo cultural y religioso (Fratelli tutti, 38), “que podría explicar -no justificar- comportamientos desordenados y hasta delictivos”.
Ante la invisibilidad del caso, resaltan la afirmación del Santo Padre en Fratelli tutti, 39: “Nunca se dirá que no son humanos, pero, en la práctica, con las decisiones y el modo de tratarlos, se expresa que se los considera menos valiosos, menos importantes, menos humanos“.
Aludieron también al Papa cuando señalaron que catalogar personas con la palabra minorías, “trae consigo las semillas de sentirse aislado e inferior; prepara el terreno para la hostilidad y la discordia y quita los logros y los derechos religiosos y civiles de algunos ciudadanos discriminados”(FT 131).
“¿Es Doon Jin Hwang menos valioso, menos importante…menos humano?“, se pregunta la Comisión.
Por tal motivo, la CEMI pidió que el paso de la justicia por el condenado coreano esté libre de “peros”, que los cargos imputados correspondan exactamente a sus actos, y que sea eliminado cualquier sesgo discriminatorio al considerarle parte de una minoría invisible y víctima fácil de discriminación, prejuicios y atropellos.
