“Es tiempo… de amar ” según Poveda

(Juan Rubio– Director de Vida Nueva)

Recordamos en estos días a Pedro Poveda. Su cuerpo, abatido por la saña irracional que sumió a España en un reñidero de sangre, lo encontraron al amanecer del día 28 de julio de 1936 junto a las tapias de La Almudena, uno de los Grandes Cementerios bajo la luna a los que se refería Bernanos. Él mismo se identificó antes de ser detenido: “Soy sacerdote de Cristo”. Muchos años antes, al salir de Guadix, en días amargos, sellados para siempre con silencio sacerdotal, expresó parecidas palabras: “Nadie me ha hecho sacerdote. Soy sacerdote”. Sus escritos poseen una sabiduría profética que aún hoy deleita. Traigo aquí un texto de días antes de su ofrenda martirial. Dice así: “Ahora es tiempo de redoblar la oración, de hacer más penitencia, de sufrir mejor; es tiempo de derrochar caridad, de hablar menos, de vivir muy unidos a Jesucristo, de ser muy prudentes, de consolar al prójimo, de alentar a los pusilánimes, de prodigar misericordia, de vivir pendientes de la Providencia, de tener y dar paz, de edificar al prójimo en todo momento”. Me quedo con el eco de algunas de sus palabras: derrochar caridad, hablar menos, alentar, tener y dar paz, edificar. Son palabras que abren caminos en tiempo de desvalimiento, cuando el cristiano, zaherido por fuera, no acaba de entender ciertas posturas de adentro. La receta es clara: vivir en la hondura de la Gracia, ofreciendo en vasos de barro el tesoro cristiano, que no es otro que el amor, el perdón y la paz. Estas palabras son un canto a la esperanza eclesial. Son propuestas en la Iglesia para trazar rutas que liberen del miedo y no enroquen a la Iglesia en dinámicas agresivas y enervantes que debilitan, agotan y hastían.

Publicado en el nº 2.623 de Vida Nueva (Del 26 de julio al 1 de agosto de 2008).

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