¡Por algo!

Ángel-moreno(Ángel Moreno, de Buenafuente)

“En momentos existenciales inexplicables, en tiempos recios, nos asalta el interrogante: ¿por qué? (…) En ambas historias he escuchado la respuesta: ‘Por algo’ ‘Para algo estoy aquí’. Y en los dos casos, en medio de la emoción, y del agradecimiento religioso, el diseño del futuro ha sido para algo mejor, solidario, entregado, generoso”

Hay preguntas que quedan en el aire, que, a la vez que penetran hasta las entrañas, se quedan abiertas, sin respuesta. En momentos existenciales inexplicables, en tiempos recios, nos asalta el interrogante: ¿por qué?

“Estaba bañándose en el mar, siempre llevaba cuidado de no perder pie, mas de pronto siente el vacío, la profundidad, el peligro, la posibilidad de ahogarse, porque no sabe nadar. Y en ese instante una mano cercana, la coincidencia con personas próximas y la tierra firme”. La pregunta se hace aún más fuerte, porque se ha sentido el vértigo de la tragedia. ¿Por qué esa mano tan oportuna?

“Había sido abandonado, le habían robado, echado a la calle, asignado a un refugio de indigentes, y le habían detectado una enfermedad grave ante la que era necesario el quirófano. En el tiempo posterior a la operación estuvo en coma, vagó por espacios fascinantes, pacíficos, amigos, y una voz le dijo: ‘Ya no te puedo acompañar’”. Y de pronto despertó y se encontró con la realidad. ¿Por qué no he muerto?

En ambas historias he escuchado la respuesta: “Por algo”. “Para algo estoy aquí”. Y en los dos casos, en medio de la emoción, y del agradecimiento religioso, el diseño del futuro ha sido para algo mejor, solidario, entregado, generoso. San Bernardo se preguntaba en el monasterio. “¿Bernardo, a qué has venido?”. ¡Por algo, seguro, se continúa en la vida!

amoreno@vidanueva.es

En el nº 2.690 de Vida Nueva.

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