Quitar cruces para ponernos en cruz

Fernando V¡dal(Fernando Vidal– Profesor de Sociología en la Universidad Pontificia Comillas)

“Quizás debemos quitar la cruz a algunas personas y en algunos sitios para poder ponernos juntos en cruz, cruzarnos con los otros, mirarnos alma a alma y buscar qué signo les habla realmente de Jesús”

Focalizados en los pocos sitios donde se discute que la cruz puede que “no”, olvidamos todos los sitios y ocasiones a las que se va a estar diciendo “sí” a la presencia de instituciones y signos religiosos en todo el país. La lista es muy larga. Con este debate se va a producir algo muy importante: con un pequeño reajuste de expresión de respeto a la laicidad compartida, se va a consolidar definitivamente la presencia de las religiones en la vida pública. Aunque dé la sensación de que la Iglesia da un paso atrás, es todo lo contrario: un crucial paso adelante. Junto con las confesiones minoritarias, la inmensa mayoría del Parlamento va a estar reconociendo por fin la profunda y enorme legitimidad de la Iglesia en la vida pública española. ¿Sabremos aprovechar lo que ahí hay de oportunidad?

A veces es tal el ruido que producimos con nuestro bien que asustamos. Deberíamos preguntarnos a fondo por qué hay un sector de personas de buena voluntad que no sienten lo que nosotros creemos que deberían sentir al ver la cruz. A veces hemos mal usado el signo de la cruz. Benedicto XVI ha profundizado en esto con ocasión del escándalo de Irlanda y nosotros deberíamos –en otro contexto– escuchar, comprender, aprender y reconciliar. Lo triste no es que se quiera la cruz sino que no entendamos el porqué.

Defiendo una presencia confesante de los cristianos y creo en la defensa del signo de la cruz, pero en este caso tenemos que retirar un poco la presión de casi nada para poder estar más y mejor presentes en casi todo. A veces hay que podar para brotar con más vida. Quizás debemos quitar la cruz a algunas personas y en algunos sitios para poder ponernos juntos en cruz, cruzarnos con los otros, mirarnos alma a alma y buscar qué signo les habla realmente de Jesús.

En el nº 2.689 de Vida Nueva.

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