Quiénes sois

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(Victoria Lara) La larga trayectoria de la revista Vida Nueva se debe, en buena parte, a la confianza de sus suscriptores, pues muchos de ellos la reciben desde su primer número. A ellos queremos homenajearles también con ocasión de nuestro 50º aniversario, conociendo cómo son, por qué decidieron suscribirse a la revista y qué les ha aportado la publicación a cada uno de ellos.

Lo primero que constatamos, si nos detenemos en los datos que se extraen del último estudio realizado acerca de los suscriptores de Vida Nueva, es que la revista está presente en todos los estamentos eclesiales. Los lectores se reparten casi por igual entre miembros del clero secular (32%), religiosos y religiosas (33%) y laicos  y laicas (35%). 

amadeo-ruizLa fidelidad es otro factor destacado a la hora de definir el perfil del suscriptor de Vida Nueva, pues el 68% lleva suscrito a la revista más de diez años. Amadeo Ruiz Azcona, de Bilbao, recibe el semanario desde hace más de medio siglo, cuando éste todavía se llamaba Pax. Es laico, casado, y a sus 87 años ya tiene una “tribu” formada por 32 personas, entre hijos, yernos, nueras, nietos y un biznieto. Cuando termina de leer las revistas, que siempre revisa “de cabo a rabo”, suele regalarlas a una biblioteca diocesana. Para él, que asegura no sentirse nada atraído por la información que dan los periódicos, Vida Nueva es “el recurso para enterarme de lo que pasa de forma auténtica”. “La revista me pone al día, me interesa, sabe tocar los momentos cruciales de la Iglesia y del mundo, lo hacen con maestría, con competencia y me gusta”, añade Amadeo.

jesus-sanchezPero Vida Nueva también despierta interés entre las personas más jóvenes, como es el caso de Jesús Sánchez Camacho, gaditano de 26 años: “La hondura del análisis, tanto social como eclesial, esgrimido en sus páginas, abogan por un periodismo libre que desea transmitir la felicidad del Reino”. Este laico licenciado en Teología, actualmente realiza estudios de Periodismo, y de la revista valora mucho las noticias, los reportajes de la sección ‘A fondo’, el ‘Pliego’, el ‘A ras de suelo’ y los editoriales.

andres-borregoLa objetividad es un valor añadido que muchos lectores aseguran encontrar en la páginas de Vida Nueva. Andrés Borrego, profesor de Religión de 47 años y natural de Andújar (Jaén), afirma: “Es  un aire fresco que cada semana me pone al día no sólo de lo que pasa, sino de las claves para poder leer la realidad de la Iglesia. Me aporta frescura, libertad y mucho sentido común. Veo necesaria la revista y animo a los que la hacen a no ceder a presiones y a caminar libres”. María del Carmen Codesido López, laica de 47 años de Santiago de Compostela, también valora mucho la objetividad de la revista, pero lo que más aprecia “es que puedo encontrar información que no me dan en otros medios de comunicación”.

jose-delgadoMientras unos demandan el material que les aporta la revista porque no lo encuentran en otros soportes, para muchos Vida Nueva es casi el único medio que tienen para informarse. José Delgado -religioso comboniano de 69 años-, que ahora se encuentra en España, ha sido durante dos décadas misionero en Chad. “Lo que apreciaba era esa comunión con la Iglesia española, yo me sentía misionero, pero preocupado por la vida de la Iglesia en España, por lo que, para mí, ha sido una fuente de información constante, también de la sociedad española, porque allí no llegaban los periódicos”, asegura Delgado.

Página web

mc2aa-antonia-martinezPara la comunidad que las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna tienen en La Habana (Cuba), Vida Nueva también es una fuente de información muy importante. La hermana Mª Antonia Martínez Rascado lleva cuatro años viviendo allí, y al poco tiempo de llegar a La Habana, pidió la suscripción para que toda la comunidad pudiera estar bien informada: “Siempre me ha gustado su enfoque de la vida cristiana, me parece abierto, pluralista, práctico. Es una revista que se lee con agrado, ágil, variada en los artículos y en la gráfica”. También conoce la página web, www.vidanueva.es, pero reconoce que “la sigo menos”.

bonnafouxPara quienes reciben la publicación desde fuera de España, como el sacerdote mexicano José Raúl Bonnafoux, la posibilidad de leer la revista a través de Internet ha sido todo un “avance”. Bonnafoux es párroco en Saltillo, capital del Estado de Coahuila, y está suscrito desde 1994. Años antes leyó el libro De Pablo VI a Juan Pablo II, una recopilación de artículos de Vida Nueva, y  eso le animó a realizar la suscripción. Valora mucho la información del Vaticano: “La  crónica de Antonio Pelayo aporta el calor y los entretelones de los acontecimientos”; así como las noticias de España y las de América Latina. Afirma que “me ayuda a ponerme al día, a tener una visión del Evangelio más en consonancia con los retos que el mundo presenta a la Iglesia y qué es lo que la Iglesia está diciendo o qué tendría que haber dicho; cómo está actuando ante el devenir diario, cómo va cumpliendo su misión. Cómo está viviendo y realizando su misión la Iglesia en diversas partes del mundo”. 

Entre los suscriptores más recientes, muchos ya conocían Vida Nueva desde hace años. Uno de los últimos en solicitar la suscripción ha sido Simó Jordi Matas, párroco de Santa María la Mayor, en Inca (Mallorca). “En las parroquias en las que he ejercido ministerio, siempre me ha acompañado, con la información de la Iglesia tanto española como del mundo. Por un cambio que se efectuó el pasado verano, me he encontrado con que en esta parroquia de Inca no estaba la suscripción, y como yo la conocía desde hace tanto tiempo y casi siempre he tenido esta información tan valiosa para mí como para los colaboradores de la parroquia, he hecho la suscripción”, explica el sacerdote.

Germán Martínez, sacerdote diocesano y profesor de Sagrada Escritura en Cali (Colombia), recibe la revista desde hace 3 años gracias a la solidaridad de una benefactora, que le paga la suscripción desde España: “Aunque Vida Nueva ha pasado por varias etapas, siempre me ha gustado. Nos informa tanto de allá (Europa) como un poco de acá (Latinoamérica). La revista ofrece una muy buena información de los acontecimientos eclesiales a nivel mundial, con artículos breves, concisos, acertados. Le mantiene a uno bien informado sobre las novedades de libros, y los ‘Pliegos’ siempre están muy bien hechos”.

Sugerencias de mejora

Existen instituciones que, por sus labores de pastoral de las comunicaciones o de difusión de la cultura, son seguidoras fieles de Vida Nueva, y, al mismo tiempo, distribuyen la revista. Es el caso de la Sociedad de San Pablo (Paulinos), que gestiona la Editorial San Pablo y las librerías del mismo nombre. Francisco Ares es el superior de la comunidad en Madrid capital: “Nos gustan mucho los ‘Pliegos’, pero también nos interesa mucho la actualidad en Latinoamérica, los reportajes a nivel internacional, las noticias de Iglesia y también seguimos mucho, como editorial religiosa que somos, las recensiones de los libros”.

sagrario-olzaSagrario Olza, que pertenece al instituto secular Vita et Pax en Pamplona, conoce la revista desde siempre, pues la entidad a la que pertenece ha tenido hasta el año pasado las librerías Manantial, donde se vendía Vida Nueva. “Ha habido épocas en las que nos ha gustado algo menos, pero, en general, nos gusta y por eso hemos seguido siendo suscriptoras. Nos informa de la Iglesia y de temas de sociedad, con una visión amplia y con un compromiso con la realidad en la que vivimos”, apunta Sagrario.

gc2aa-murgaEn este “sondeo” acerca de lo que aporta Vida Nueva a sus lectores, también ha habido lugar para las sugerencias y las críticas constructivas. El sacerdote marianista José Ramón García-Murga valora que se haya introducido recientemente un espacio dedicado a la vida religiosa, pero añade: “Me gustaría que en ella tuviesen más voz problemas muy concretos, como la relación jóvenes-mayores, fe-misión-contemplación, los cómos concretos y no sólo las líneas generales de la nueva vida religiosa”. También considera que el semanario “adolece en capacidad de relacionar la doctrina de la fe con la manera concreta de vivirla, como hizo tantas veces Karl Rahner“. No obstante, admite que la revista le aporta “una visión actualizada de una Iglesia en relación con el mundo, una espiritualidad integrada en la misión y en la preferencia por los últimos” y le agrada que “Vida Nueva -sin adhesiones por principio ni a unos ni a otros, sino abriéndose a todos, valorándolos, criticándolos- difunda, al mismo tiempo, con naturalidad, su propio camino”.

En el nº 2.652 de Vida Nueva (especial 50º aniversario).

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