Nuestra Señora del Buen Consejo

resultados-europeas(Francisco Muro de Íscar– Periodista y miembro del Consejo Editorial de ‘Vida Nueva’) Lecciones de las recientes elecciones europeas? ¿Y quién quiere recibir lecciones? Los ciudadanos ya han dado la suya no yendo a votar, y porque se haya producido la misma abstención que en 2004, un muerto no es un vivo aunque pasen cuatro años. Que el 55% de los españoles se desentienda de Europa indica que gobernantes, políticos y medios de comunicación no somos capaces de convencerles de que España es lo que es -un país moderno, democrático, avanzado- gracias a Europa. Sin sus ayudas no tendríamos las infraestructuras que tenemos ni tantas otras cosas. Es posible que tampoco fuéramos un país democrático. Y si queremos tener una voz alta en el mundo, Leire Pajín al margen, sólo podremos hacerlo “con” Europa. Los españoles no lo saben o no les importa. Y las dos cosas son para preocupar. “Mañana no va a votar ni el Tato”, predijo el entrenador del Sporting. Cuando la calle habla así, los políticos deberían preguntarse qué han de cambiar.

fco-muro-de-iscarLos políticos han demostrado que Europa tampoco les importa demasiado. Primero, porque las listas no eran de “los mejores”, sino de “los afines”. Y porque no han debatido sobre Europa, sino que se han tirado a la cara la más pequeña y, a veces, despreciable política. Se preguntaba Ángel Expósito cuántas veces hemos oído que ésta es la peor campaña de la democracia. Ésta parece la peor… hasta la próxima. Y la próxima ya ha comenzado, porque en el disparate político cada pocos meses tenemos una campaña, es decir, una oportunidad de machacar al contrario. Bastaría con unificar todas las elecciones en una fecha o en dos, como hacen otros países, para que los políticos tuvieran la necesidad de ponerse a gobernar en serio durante algún tiempo en vez de andar a la gresca.

Como decía en un memorable artículo José Ignacio González Faus (“¿Suprimir la Cuaresma?”, Vida Nueva, nº 2.663), la “cuaresma electoral”, una penitencia para todos, siempre termina en pascua: todos ganan. El PP, aunque su victoria sea escasa. El PSOE, como partido socialdemócrata que mejores resultados obtiene, aunque pierda la batalla “local”. Europa vota mayoritariamente derechas y aquí siempre vamos al revés. No va a ser fácil para Zapatero hacer amigos en un mapa en el que el PSOE es una isla roja, o rosa, en un mar azul. Pero también es un dato que el electorado no ha castigado las supuestas o no políticas corruptas de la derecha española. O no se las cree o no le importan.

¿Entenderán la lección?

Interpretan algunos que el electorado también ha castigado las políticas -las no políticas- del Gobierno frente a la crisis. Su negación tozuda, su escaso empeño en llegar a acuerdos, su esperanza en que las cosas se solucionen solas o por la acción de los otros. Tal vez los ciudadanos saben que de esta crisis no se puede salir en solitario, sino con pactos. ¿Entenderán la lección unos y otros? Hay quien cree que el electorado también ha sancionado políticas como la del aborto o el reparto libre de la píldora del día después. No soy tan optimista. Temo que el PSOE emprenderá una huida hacia adelante, con una intensificación de su actividad parlamentaria, aunque es posible que no cuente con los imprescindibles apoyos, y que el PP descarte -tampoco tiene posibilidades- una moción de censura.

Seguiremos, pues, hablando de “lo nuestro” en vez de Europa. Si sale adelante el Tratado de Lisboa, tendremos el Parlamento europeo con mayor poder, aunque no podamos elegir aún al Gobierno europeo. En Estrasburgo y Bruselas se deciden, cada vez más, cosas que nos afectan a todos, pero también se podría decidir una política exterior potente o una política energética común que aborte debates estériles. Europa no sólo tiene cosas positivas, pero para tener una voz fuerte, también tendríamos que haber enviado a los mejores. Me temo que sólo han elegido a los que obedecen.

Sólo tengo una esperanza. Zapatero votó en el colegio de Nuestra Señora del Buen Consejo. Tiene gracia que le tocara en un centro religioso concertado pocos días después de decir que se sentía “en paz con el Más Allá”. O tal vez se refería al “más allá”. Sea como sea, confío en la influencia del Buen Consejo. Ya saben que Dios escribe derecho con renglones torcidos. Cualquiera sabe…

En el nº 2.664 de Vida Nueva.

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