Los desafíos del Sínodo

JESÚS DOMINGO MARTÍNEZ (GIRONA) | La altísima participación y el interés que el tema sobre el Sínodo de la Familia ha suscitado en la opinión pública reflejan una grave preocupación por la situación que atraviesan hoy las familias, sometidas a grandes obstáculos de tipo cultural, legislativo y/o económico. Y están las heridas y el sufrimiento que esta crisis ha provocado en un porcentaje enorme de familias.

Por eso la Iglesia se plantea formas para acompañar mejor a los adultos y a los niños que han padecido las rupturas y estudia también cómo avanzar en la prevención de estas situaciones.

Se percibe claramente que hoy hace falta una preparación mucho más a conciencia de los novios para el sacramento del matrimonio. A menudo, los jóvenes ni siquiera consideran que sea bueno o necesario para ellos casarse. Ahí tienen una misión especialmente importante las familias cristianas, que, a través de su testimonio, están llamadas a anunciar la belleza del matrimonio, que es mucho más que una formalidad burocrática, porque responde a la naturaleza del ser humano y porque de ella depende nada menos que su felicidad.

En el nº 2.950 de Vida Nueva

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