Educación y violaciones a menores

(José Morales Martín– Palafrugell, Girona) Ahora han sido siete los menores que violaron a una niña de 12 años en unas fiestas en Huelva. Se la llevaron del recinto ferial a la playa. Las primeras informaciones indicaban que la cría había tenido relaciones con uno de los chicos y que, luego, los demás la forzaron. En el caso anterior, el de Baena, hace unos días, la niña de 13 años también había consentido relaciones anteriores con el que se decía su novio, quien la grabó sin su permiso. Esas imágenes fueron las que usó para amenazarla y decirle que se las iba a enseñar
a sus padres si no se acostaba con toda la pandilla, hasta un total de seis. En ambos casos, la actitud de los chavales es la de unos delincuentes con todas las letras.

¿Nos hemos de rasgar las vestiduras ante estos hechos? Sí, aunque pienso que cada día será más normal si los niños y adolescentes se alimentan de telebasura o con programas en los que el sexo está omnipresente, se trivializa la sexualidad. Además, la educación sexual que generalmente se imparte (algunas comunidades autónomas han editado folletos para niños de 10 años en los que se les incita a probar), en la que se contempla el sexo como un simple medio de conseguir placer al margen de cualquier referencia ética, sin duda fomenta estos comportamientos.

El partido de la oposición ya habla de pedir una reforma de la Ley del menor. ¿Puede una ley solucionar estos casos? No, las leyes no solucionan los efectos de una mala educación. El problema podrá solucionarse, estoy convencido de ello, con una educación en valores, y entre ellos, el de la continencia como manifestación de verdadero amor.

En el nº 2.671 de Vida Nueva.

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