“Nunca volveremos a la sociedad de aldea anterior a 1965, donde la gente iba a misa por el deber. Hoy en día, es la búsqueda del placer lo que gobierna todas las relaciones sociales, y este es el mundo que debemos evangelizar”. Estas han sido las primeras palabras ante la prensa del nuevo presidente de la Conferencia Episcopal francesa, Éric Moulins-Beaufort (57 años), quien ha expresado su total disposición para abordar los problemas “con pragmatismo y sin esconderse detrás de un exceso de lenguaje eclesial”.
Sobre el tema de los abusos sexuales por parte del clero, el arzobispo de Reims ha señalado que la Iglesia debe “enfrentar el hecho de que demasiados sacerdotes se comportaron mal con los jóvenes sin que nadie lo viera o hiciera algo”. Una vez hecho esto, los obispos “podemos avanzar en una misma dirección, aunque en un contexto difícil”.
El Vaticano expulsa al arzobispo de Guam por pederastia
La Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano ha expulsado de forma definitiva de su ministerio a Anthony Sablan Apuron, arzobispo de Agaña, en la isla de Guam, por abusos sexuales a menores. El prelado ya había sido expulsado, en primera instancia, por el Tribunal Apostólico de la Congregación el 16 de marzo de 2018, pero recurrió la sentencia. El recurso fue rechazado por el Vaticano el pasado 7 de febrero, confirmando así la anterior sentencia.
Sablan, además de ser excluido del cargo, tiene prohibido de manera perpetua vivir en la archidiócesis de Agaña, así como usar las insignias de obispo. Una decisión que, tal como subraya la Santa Sede en un comunicado, “no es posible recurrir”, poniendo así fin a un proceso que lleva en marcha desde octubre de 2016, fecha en la que llegó el tribunal vaticano a la isla del pacífico para investigar lo sucedido.
Tres hombres han acusado a Apuron, de 73 años, de haber abusado sexualmente de ellos cuando eran monaguillos en la década de los 70. Asimismo, la madre de una cuarta víctima, fallecida, acusa al arzobispo de estos cargos, algo que el acusado siempre ha negado.
La diócesis de Montreal se enfrenta a una denuncia colectiva por abusos
“Estoy convencido de que hay varios cientos de víctimas”, ha dicho Alain Arsenault a LeDevoir, pocas horas después de presentar una demanda colectiva contra la diócesis de Montreal por abusos sexuales por parte de sacerdotes desde la década de 1940. Si la denuncia se acepta, podría suponer una indemnización a las víctimas de hasta 600.000 dólares. “En la actualidad, una docena de víctimas han sido identificadas”, apunta Arsenault, abogado canadiense que ha interpuesto anteriormente otras acciones colectivas contra congregaciones religiosas.
“Nuestro objetivo es permitir que todas las víctimas, aquellas que aún tienen dificultades para hablar de ello, realicen procedimientos confidenciales para ser compensadas y, sobre todo, para curarse”, ha subrayado. La solicitud de autorización para iniciar una demanda colectiva, presentada por Arsenault Dufresne Wee Avocats, establece que “todas las personas, así como sus herederos y cesionarios, que hayan sido agredidos sexualmente, en Québec, por cualquier miembro del Arzobispado católico romano de Montreal o el arzobispo católico romano de Montreal, durante el período comprendido entre 1940 y hoy”, puede participar en la acción colectiva.
