María Claudia Duque. Una respuesta a la migración en la niñez

Locuaz y divertida, conversadora impenitente y apasionada por la academia, esta enfermera con una maestría en sicología comunitaria y un doctorado en antropología médica, se ha dedicado durante los últimos seis años a la investigación participativa en niños afectados emocionalmente por el fenómeno de la migración. Ese desprendimiento que se ha dado por razones económicas en las últimas dos décadas, ha significado un drama emocional complejo de manejar en niños de estratos medios y bajos en edades entre los 8 y 12 años. Ese ha sido el objeto o materia de estudio e intervención en más de un centenar de casos, en los que esta mujer ha entregado su corazón y conocimiento para enseñarles a estos niños a manejar eventualidades y situaciones para las cuales no fueron consultados y mucho menos preparados.

María Claudia recuerda que ella misma enfrentó un choque emocional cuando en marzo de 1969 tuvo que separarse de sus padres sin cumplir 10 años de edad. La razón no fue otra que salir de Tocaima para ir a estudiar a Bogotá, así lo decidieron sus progenitores, quienes se habían establecido años atrás en aquel pueblo. Creció de la mano de otras niñas, sus hermanas mayores, en una casa que su padre el médico Mario Duque Fayad hizo construir en un lote en el norte de Bogotá, para que sus cuatro hijas pudieran establecerse. “Curiosamente es el mismo lugar en donde hoy funciona Casa sobre la Roca”, destaca MarÍa Claudia, quien describe su propio caso como una muestra de migración interna por razones de estudio. “Eran tiempos en los que los padres en provincia mandaban a sus hijos a estudiar a Bogotá y en la mayoría de los casos a internados como ocurrió con mis hermanas y cuando me tocó a mí, la casa en Bogotá ya se había terminado de construir”.
Su formación inicial de enfermera en la Universidad Javeriana, una vez graduada, la llevó por un circuito de hospitales de Bogotá y Cundinamarca a mediados de los años ochenta. Lo que percibía de la realidad en el sector salud le inquietaba, especialmente en lo social; fue por ello que se obsesionó por afinar su formación. Empezó a hacerlo en ciudad de México, en donde se especializó en enfermería pediátrica -Instituto Nacional de Pediatría-. Tiempo después cursaría una maestría en sicología comunitaria -Universidad Javeriana-, lo que le permitió vincularse más con la docencia en la misma institución. No satisfecha con ello y en medio de dificultades económicas, logró con la ayuda de una colega suya ingresar a la Universidad de la Florida en Tampa (USA), para hacer un doctorado en antropología en tres años y medio.
Ese bagaje ha solventado su dedicación al tema de la niñez y la migración con resultados apreciables, a su juicio el más importante es el efecto de entendimiento y manejo por parte de los propios niños de ese drama al que se ven enfrentados sin preparación alguna… el abandono incomprensible de sus padres o uno de ellos y eventuales divorcios en la distancia es apenas una circunstancia, la otra es cuando el niño también es migrante.
De María Claudia Duque, muchos estudiantes universitarios dicen que es una madre y no por “buena gente” sino porque han encontrado apoyo y respuesta en momentos difíciles y decisivos de sus vidas. Su sensibilidad e inquietud permanentes por el tema niñez-migración las llevará este año en forma de proyecto ante la Sociedad de Antropología Aplicada en Baltimore -USA-. Se trata de una propuesta de nuevas formas de investigación e intervención con talleres para niños ante situaciones de migración, en donde se vincula el arte en todas sus formas. VNC

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