Vacaciones de Ferragosto
(J. L. Celada) La llegada del verano y su consabido período de descanso se antoja un tiempo propicio para la calidez, climatológica y afectiva. Suben las temperaturas y se estrechan los lazos; el sol luce con fuerza y se multiplican los reencuentros. Sin embargo, un año tras otro, muchos de nuestros mayores no sienten nada de todo eso. Paradójicamente, los sofocos propios de estas fechas se tornan en ellos escalofrío de soledad y miedo al abandono.
Y por esa dolorosa experiencia hubieran pasado seguramente las protagonistas de Vacaciones de ferragosto, de no ser por el hijo de una de ellas, dispuesto a reunir en torno al calor del hogar a cuatro ancianas sin otro delito que su edad. Un personaje entregado a su progenitora, a la cocina, al vino blanco y, por un día, a las necesidades y caprichos de sus simpáticas aunque estresantes huéspedes.
Da vida -y unas buenas dosis de paciencia- a este anfitrión Gianni Di Gregorio, también guionista y director de una historia que nos devuelve a la mejor “comedia a la italiana” de los 50 y 60 (Risi, Comencini, Monicelli, Sordi…), títulos que encontraron en las miserias cotidianas una fuente inagotable de imaginación, y en el humor, una vía de denuncia y de huida de la realidad (Vida difícil, La escapada, Pan, amor y fantasía…). Y algo semejante lleva a cabo el ya veterano Di Gregorio en su debut detrás de la cámara: de la mano de su improvisada familia, entre medicamentos, dietas imposibles, risas y ternura, saca los colores a una sociedad egoísta, irrespetuosa y desmemoriada en su trato con la vejez.
En un semidesierto Trastevere romano, como corresponde a la jornada festiva del ecuador de agosto, un curioso intercambio de deudas y favores hace posible una reunión tan atípica en sus situaciones (por momentos, parece un piso de estudiantes) como rotunda en su mensaje: atención, cuidado y cariño, especialmente hacia seres a quienes debemos tanto, no entienden de estaciones y, mucho menos, de tomarse un paréntesis de asueto.
Vacaciones de ferragosto es el sencillo y lúcido homenaje a una etapa de la vida llamada a iluminar con su sabiduría las debilidades y contradicciones que nos asaltan en el camino. La misma que late bajo sus canas y arrugas o su hablar cansino, y cuya frescura y profundidad se cuela en esta cinta gracias a la extraordinaria naturalidad de unas actrices no profesionales que rebosan humanidad.
En apenas una hora y cuarto (metraje corto, por lo que se disfruta, aunque suficiente), esta modesta y necesaria película nos enseña lo que no pocos dramas de dudosa calidad y altura moral no aciertan a ver: que el buen cine podrá envejecer, pero nunca caducar.
FICHA TÉCNICA
TÍTULO ORIGINAL: Pranzo di ferragosto
DIRECCIÓN: Gianni Di Gregorio
GUIÓN: Gianni Di Gregorio y Simone Riccardini
FOTOGRAFÍA: Gian Enrico Bianchi
MÚSICA: Ratchev & Carratello
PRODUCCIÓN: Matteo Garrone
INTÉRPRETES: Gianni Di Gregorio, Valeria de Franciscis, Marina Cacciotti, Maria Calì, Grazia Cesarini Sforza, Alfonso Santagata, Luigi Marchetti, Marcell Ottolenghi
En el nº 2.663 de Vida Nueva.
