Francisco: “Cuando uno pierde la capacidad de jugar y se pone demasiado serio, pierde el sentido de la vida”

El Papa se ha reunido esta tarde con Scholas Occurrentes en el Vaticano

Francisco Scholas

“¿Cuál es su recuerdo más antiguo?”. Con esta pregunta, tal como recoge Vatican News, ha comenzado el diálogo entre el papa Francisco y los participantes en el primer ‘Encuentro Internacional del Sentido’, promovido por Scholas Occurrentes del 21 al 23 de mayo en el Vaticano. Durante tres días, rectores de importantes universidades de todo el mundo, personalidades del mundo de la cultura, la política y la tecnología, jóvenes influyentes en sus comunidades y artistas buscaron soluciones concretas a los retos de la ‘Universidad del Sentido’, cuya gestión ha sido confiada por el Pontífice a Scholas.



“Lo peor que puede suceder en la vida es que el dolor te cierre, es un poco el gesto de los dientes, el dolor te hace arisco”, dijo el Papa durante el diálogo. Por eso, animó a “dejar lugar a la caricia, el dolor pide ser acariciado. El dolor pide eso. Dejar lugar a la esperanza”.

“Cuando el dolor te encierra en ti mismo es venenoso, siempre. Cuando el dolor se deja ayudar, se deja acompañar, cuando el dolor se abre a la ayuda de otro, es fecundo. Abrirse, siempre abrirse”, añadió Francisco.

La capacidad de jugar

Más adelante, al hablar del papel del arte en la construcción del sentido, Bergoglio explicó que “el arte abre horizontes”. “La matemática te ayuda a los conceptos firmes, te ayuda a progresar, la filosofía te va abriendo diversas formas de pensamiento”, dijo Francisco. “El arte te tira adelante, te libera y te ensancha el corazón”, aseguró.

“Si uno en la educación -no digo instrucción- no se mueve en estos tres lenguajes, queda a mitad de camino, queda sin la totalidad de una educación, que es el drama, por ejemplo, de concebir la educación como pura instrucción”, continuó el Papa.

Asimismo, reivindicó “la capacidad de jugar” y acotó que “cuando uno pierde la capacidad de jugar y se pone demasiado serio, pierde el sentido de la vida”. “Los chicos, cuando juegan, inventan cosas, les basta dos, tres maderitas para hacer un juego porque la verdadera dimensión lúdica es creativa”, añadió.

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