‘Dignitas infinita’: la dignidad humana es infinita (y social)

La dignidad humana ni se puede parcelar ni se puede recortar. O lo que es lo mismo: ‘Dignitas infinita’. El Dicasterio para la Doctrina de la Fe publicaba el 8 de abril una declaración que busca remasterizar la Declaración Universal de los Derechos Humanos con los ojos del papa Francisco. No en vano, este documento firmado por el cardenal prefecto del antiguo Santo Oficio, Víctor Manuel Fernández, nace como respuesta a los 75 años de su aprobación en Naciones Unidas, celebrada en diciembre.



‘Dignitas infinita’ busca acabar con la dicotomía entre quienes consideran que la dignidad lleva solo aparejada la defensa del no nacido o del enfermo terminal, olvidándose de todas las vulneraciones con un acento comunitario, con una impronta propia de la Doctrina Social que abandera el Pontífice argentino. De hecho, el prefecto recuerda en la declaración que la encíclica ‘Fratelli tutti’ “constituye ya una especie de Carta Magna de las tareas actuales para salvaguardar y promover la dignidad humana”.

Así pues, el documento vaticano denuncia el feminicidio, la maternidad subrogada, la teoría de género o el acoso en redes sociales. Esta compilación que responde a los signos de los tiempos se adentra en diversas amenazas “que pueden estar oscurecidos en la conciencia de muchas personas hoy en día”.

Para argumentar estas “graves violaciones” de la dignidad humana que se dan en todos los rincones del planeta, el texto de Doctrina de la Fe se vale del magisterio de Francisco en estos once años de pontificado, acompañándolo de todas las enseñanzas de Benedicto XVI, Juan Pablo II y Pablo VI sobre estas cuestiones. De hecho, no resulta baladí que la declaración está firmada el 2 de abril, fecha en que se cumplieron 19 años de la muerte de Wojtyla.

Cinco años cocinándose

Desde noviembre de 2023, cuando el cardenal argentino comenzó a dirigir Doctrina de la Fe, se han publicado varios textos en respuesta a preguntas de obispos o cardenales sobre diversas cuestiones, que abarcan desde la posibilidad de que las personas transexuales reciban el Bautismo, hasta la gestación subrogada o la prohibición de que los católicos se inscriban en la masonería. Pero ninguno tan significativo como ‘Fiducia supplicans’, publicado el 18 de diciembre, con el que la Iglesia católica abría la posibilidad de bendecir a las parejas en situación irregular –divorciados o parejas del mismo sexo–, al margen de cualquier ritualización. ‘Dignitas infinita’ podría considerarse el primer gran documento de la era Fernández.

La realidad es que este documento, tal y como se expone en la presentación, lleva cinco años cocinándose. En 2019 se inició la redacción y un primer borrador fue considerado “insatisfactorio”, por lo que se siguió trabajando. Tras varias redacciones infructuosas, a final del pasado año, Bergoglio recibió un borrador más completo tras el que pidió resaltar “el drama de la pobreza, la situación de los migrantes, las violencias contra las mujeres, la trata de personas o la guerra”.

Una mirada parcelada

En palabras del cardenal argentino, “ser creados a imagen de Dios significa, por tanto, que poseemos un valor sagrado en nuestro interior que trasciende toda distinción sexual, social, política, cultural y religiosa”. Desde esta sacralidad, se considera al ser humano “inviolable” en su dignidad, tal y como refleja el propio documento, y se repasa cómo Cristo sale al rescate de quienes se han visto vulnerados: “Jesús rompió las barreras culturales y de culto, devolviendo la dignidad a los “descartados” o a los considerados al margen de la sociedad: los recaudadores de impuestos (cf. Mt 9, 10-11), las mujeres (cf. Jn 4, 1-42), los niños (cf. Mc 10, 14-15), los leprosos (cf. Mt 8, 2-3), los enfermos (cf. Mc 1, 29-34), los extranjeros (cf. Mt 25, 35), las viudas (cf. Lc 7, 11-15)”.

Con esta fundamentación, ‘Dignitas infinita’ se traslada al hoy de quienes sobreviven en “condiciones inhumanas”: los neonatos abandonados, los huérfanos, los ancianos en soledad, los enfermos mentales, personas con enfermedades incurables o graves malformaciones y aquellos que viven en la calle. Este es el punto de partida para adentrarse en dos matices extremos. Por un lado, la Iglesia rechaza el término ‘dignidad de la persona’, puesto que podría dar a entender que solo se considera persona al que es capaz de razonar. Por otro lado, se alerta del abuso “del concepto para justificar una multiplicación arbitraria de nuevos derechos”.

Con estas premisas, la declaración de Doctrina de la Fe se adentra en un listado de trece violaciones graves de la dignidad humana “en nuestro mundo contemporáneo”.

  1. Drama de la pobreza
  2. Guerra
  3. Trabajo de los migrantes
  4. Trata de personas
  5. Abusos sexuales
  6. Violencias contra las mujeres
  7. Aborto
  8. Maternidad subrogad
  9. Eutanasia y suicidio asistido
  10. Descarte de personas con discapacidad
  11. Teoría de género
  12. Cambio de sexo
  13. La violencia digital
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