Granada acogerá a dos sacerdotes exiliados de Nicaragua

El arzobispo de Granada rezó en la misa crismal por los nicaragüenses “cuya Iglesia se encuentra perseguida, también sus pastores”

El arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo, presidió en la catedral este Miércoles Santo la misa crismal, acompañado por el arzobispo emérito, Javier Martínez, y una amplísima representación del clero diocesano. En este contexto pidió oraciones por Nicaragua, “cuya Iglesia se encuentra perseguida, también sus pastores”, y anunció la llegada de dos presbíteros nicaragüenses en la diócesis que “han tenido que salir de su país”.



Oasis de celebración

Gil Tamayo describió la celebración como la del “día de la sacramentalidad en la Iglesia y de Cristo, que es el Sacramento de Dios”, al mismo tiempo que ha recordado las palabras de san Pablo dirigidas a los filipenses, invitándoles a “tener los mismos sentimientos” de Jesús. “Hemos recibido una vocación, cada uno con su historia personal, hemos sido consagrados con el santo crisma y hemos recibido una misión. Tres palabras: vocación, consagración y misión”, destacó en la homilía.

También este Miércoles Santo arzobispo de Santiago, Francisco José Prieto, presentó en la Misa Crismal a Isidoro Mora, obispo nicaragüense de Siuna que se encuentra en el exilio. Prieto deseó que “la Diócesis de Santiago sea para él un oasis de celebración y de fraternidad”. En su homilía, el arzobispo destacó que “ser sacerdote es una gracia, una gracia muy grande que no es, en primer lugar, una gracia para nosotros, sino para el pueblo que nos es confiado”. Y añadió “en el centro de nuestra vida sacerdotal tiene que estar Cristo, tiene que estar la amistad y la pasión por Él”.

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