Magnus MacFarlane-Barrow: “No podemos ejercer la caridad sin arriesgarnos”

El XXV Congreso Católicos y Vida Pública culmina con el fundador de Mary’s Meals, Premio Princesa de Asturias 2023 a la Concordia por ayudar a 2,5 millones de niños pobres

Magnus MacFarlane-Barrow, founder of Mary's Meals Global,

“Nunca nos hemos avergonzado de decir que todo lo hacemos en nombre de la Madre de Jesús”. Así resume su ser y hacer el escocés Magnus MacFarlane-Barrow, fundador de Mary’s Meals Global, la entidad ganadora del Premio Princesa de Asturias 2023 a la Concordia. Hoy ha clausurado el XXV Congreso Católicos y Vida Pública organizado por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación CEU San Pablo.



En su ponencia en el aula magna de la facultad de Económicas del centro universitario, explicó cómo salen al rescate de 2,5 millones de niños empobrecidos en 18 países desde hace 20 años: “Nuestro trabajo acaba de empezar porque todavía hay 67 millones de niños que pasan hambre”.

Puente entre dos mundos

“Cuando pensamos en la caridad y la beneficencia con los pobres, no podemos hacerlo sin arriesgarnos”, expuso ante los presentes, convencido de que “he hecho una promesa con los pobres y me he convertido en puente entre quienes tienen necesidad y quienes pueden solucionar esa necesidad”.

“Mary’s Meals es fruto de la oración, nuestro trabajo es universal y todo el que quiera participar es bienvenido y está destinado a todo niño independientemente de su credo”, señaló. A partir de ahí, compartió cómo evangelizar a través de la solidaridad a las nuevas generaciones: “Los jóvenes piden actuaciones auténticas. Si vamos a salir a mostrar a Jesús a salir al encuentro del otro, tenemos que ser mujeres y hombres de esperanza”.

Un espacio para la fe

“He ido aprendiendo día a día”, admitió, echando la vista atrás a aquel viaje que realizó con su hermano en noviembre de 1992 para repartir ayuda humanitaria en una Bosnia castigada por la guerra. Aquella decisión y su conversión gracias a la Virgen de Medjugorje le llevó, no solo a conocer a su esposa y sino a poner en marcha un proyecto de alcance internacional.

“Cuando crecimos, nos llevó a ser más exigencia con la administración y con las finanzas, pero siempre dejamos un gran espacio para la fe, sabiendo y confiando que Dios nos va a dar aquello que necesitamos”, apuntó.

Apuesta por la educación

MacFarlane-Barrow explicó que su empeño por alimentar a los menores se ha convertido en el punto de partida de un conjunto de iniciativas que permiten “abordara una de las causas subyacentes que causan la pobreza: la educación”. En paralelo, también compartió cómo su organización trabaja siempre con socios locales: “No se trata de que lleguemos pensando que somos ricos poniendo soluciones con la mirada desde aquí, sino que tiene que ser un mano a mano, una colaboración permanente”.

Nunca he querido tirar la toalla, aunque a veces me levanto de mal humor, pero creo que tengo el mejor trabajo del mundo, porque veo la generosidad de muchas personas y como esa generosidad ayuda a otros muchos”, remató.

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