El papa Francisco destituye al obispo norteamericano Joseph Strickland que le tachó de hereje

  • El prelado de la diócesis tejana de Tyler llegó a acusar al pontífice argentino de “socavar el Depósito de la Fe”
  • Una vez concluida una investigación vaticana de varios meses, el Obispo de Roma cesa al pastor de 64 años, que a priori tendría más de una década de gobierno antes de jubilarse
  • LEER MÁS: El obispo de Strickland se negó a dimitir dos días antes

Joseph E. Strickland

“Destitución del Obispo de Tyler (EE.UU.) y nombramiento del Administrador Apostólico”. Bajo este encabezamiento, el Boletín Oficial de la Santa Sede recogía hoy a mediodía la decisión del Papa Francisco de cesar en su cargo a uno de los prelados norteamericanos que de forma continuada ha cuestionado su autoridad en los últimos años. “El Santo Padre ha relevado del gobierno pastoral de la Diócesis de Tyler (EE.UU.) a S.E. Mons. Joseph E. Strickland y nombró Obispo de Austin, S.E. Monseñor Joe Vásquez, como Administrador Apostólico de la Diócesis vacante”, recoge literalmente el texto vaticano sobre este prelado de 64 años. A priori le quedarían 11 años por delante, pero a la vista está que es el protagonista de una jubilación anticipada.



Esta golpe en la mesa de Francisco llega una vez concluida la visita apostólica que trascendió el pasado mes de junio que podría estar vinculada con una oposición de Stickland al pontífice argentino que habría ido más allá. Abanderado de la misa preconciliar, el pastor que es responsable de animar a una comunidad en Texas que cuenta con más 130.000 bautizados llegó a desafiar en sus redes sociales a Francisco: “Es hora de que diga que rechazo su programa de socavar el Depósito de la Fe”. En otras palabras, socavar el Depósito de la Fe es una acusación directa de herejía por considerar que el Obispo de Roma ha traicionado al magisterio de la Iglesia.

La ‘parodia’ sinodal

Manifiestamente contrario al Sínodo de la Sinodalidad, se ha mofado en público de que se pudiera poner sobre la mesa de diálogo el acceso de las mujeres al sacerdocio o la acogida al colectivo LGTBI: “Es una parodia que estas cosas se propongan siquiera para la discusión”.

Hace un par de días respaldaba en redes sociales unas declaraciones del cardenal Robert Sarah, prefecto emérito del Culto Divino y otro de los principales azotes papales, que afirmó que “la crisis de la Iglesia ha entrado en una nueva fase: la crisis del magisterio”. “Unámonos a Su Eminencia en ferviente oración por la Esposa de Cristo…”, apostillaba Strickland.

Con los ‘dubia’

De la misma manera, ha expresado su sintonía con uno de los cardenales ‘dubia’, Raymond Burke: “Debemos defender la Verdad que la Iglesia siempre ha enseñado. Gracias Cardenales por apoyar a obispos, sacerdotes, diáconos y fieles que dicen NO a las falsas enseñanzas”.

No es ni mucho menos habitual que el pontífice argentino opte por retirar de una diócesis a un prelado. A lo largo de estos diez años de Jorge Mario Bergoglio son escasos los despidos fulminantes a pastores diocesanos. En la mayoría de los casos han estado vinculados, se hayan hecho públicas o no las razones, a cuestiones vinculadas con abusos sexuales o desfalcos económicos.

Sin embargo, como el propio Papa ha manifestado tanto en público como en privado, no es partidario de ejecutar un cese por cuestiones vinculadas a discrepancias o críticas sobre cómo lleva el timón de la Iglesia católica. Es más, ha animado a los pastores, cardenales incluso, que se han mostrado contrarios a su propuesta de aterrizar el Concilio Vaticano II, a que le expongan cara a cara sus motivos.

El juego de Müller

Tal es el talante dialogante de Francisco que invitó personalmente al cardenal alemán Gerhard Müller, prefecto emérito para la Doctrina de la Fe y unos de sus principales ‘haters’, a participar en la reciente asamblea del Sínodo de la Sinodalidad. Más allá de sus contadas intervenciones en  el aula Pablo VI, Müller correspondió esta misma semana a la mano tendida de Jorge Mario Bergoglio acusándole de cometer “herejías materiales” en una entrevista al portal digital ‘LifeSiteNews’.

Horas después, las declaraciones del purpurado desaparecían sin ofrecerse motivo alguno. Hay quien deduce que el ex prefecto, que suele jugar en una delgada línea roja entre la crítica, las amenazas y cuestionar la autoridad del pontífice, quizá habría sido alertado de que tachar de “hereje” al Papa implica un salto al vacío de no retorno.

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