El Vaticano convoca en Roma a todos los obispos españoles por el “problemático” estado de los seminarios

Los obispos españoles, llamados a capítulo por la Santa Sede. ¿El motivo? Los 45 seminarios en los que se forman los futuros sacerdotes de nuestro país. Así lo adelantaba anoche la Conferencia Episcopal Española en el último punto del comunicado sobre los temas tratados en la Asamblea Plenaria Extraordinaria celebrada ayer con motivo de la lacra de los abusos sexuales en la Iglesia.



Así pues, el Dicasterio para el Clero ha citado a todos los prelados a una reunión que tendrá lugar el próximo 28 de noviembre en Roma, en la que se abordarán “las conclusiones del trabajo realizado” por los dos obispos uruguayos que pilotaron la visita canónica encargada por Francisco. Milton Luis Tróccoli, obispo de Maldonado – Punta del Este – Minas, y Arturo Eduardo Fajardo, obispo de Salto, se desplazaron por toda España entre febrero y marzo de este año.

“Se salvan muy poquitos”

A partir de ahí elaboraron unas pautas que ya han llegado al despacho del prefecto para el Clero, el cardenal surcoreano Lazzaro You Heung-Sik. Bajo su lupa, se analizaron tanto los centros diocesanos como de los pertenecientes al Camino Neocatecumenal y al Opus Dei. España cuenta hoy con 974 seminaristas, 725 menos que hace una década.

Según ha podido saber ‘Vida Nueva’ de fuentes directas del departamento vaticano, el escenario que dibuja esta auditoría externa es “problemático”. De la misma manera, confirman que esta preocupación por el estado de los seminarios sería generalizada. “Se salvan muy, muy poquitos”, subrayan desde del Dicasterio para el Clero.

Rapapolvos integral

Dicho de otro modo, si los obispos de nuestro país imaginaban que el informe se limitaría a analizar la necesidad de reagrupar centros de formación por falta de vocaciones, se equivocaban. El rapapolvos del estudio va mucho más allá de la urgencia de crear seminarios interdiocesanos.

Los obispos uruguayos, tal y como ya había advertido esta revista antes de su visita, podrían haberse topado con carencias notables en el acompañamiento hacia una madurez afectiva de los candidatos, cierta ideologización en la formación teológica y pastoral, así como una querencia nostálgica en algunos casos preconciliar. Esto es, habrían detectados no pocos síntomas de una aplicación laxa de la ‘Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis’, el programa de formación actualizado por la Santa Sede en 2016.

Primeras impresiones

Lo cierto es que, en estos últimos meses, algún que otro pastor español se habría jactado de haber mostrado una imagen idílica de los seminarios ante los enviados vaticanos. Es más, incluso habrían tachado de superficial la visita de ambos analistas y dudado de su capacidad para valorar en profundidad la realidad de estos centros de formación. La llamada de Roma desmostraría, en cambio, la capacidad de Tróccoli y Fajardo para descubrir qué hay más allá de una primera impresión.

“No ha sido ni una auditoría ni un repaso, solo una visita”, exponía a Vida Nueva hace unos meses Jesús Vidal, presidente de la Subcomisión Episcopal de Seminarios y obispo auxiliar de Madrid.  “Tenemos los deberes hechos y podemos abrir las puertas de par en par sin ningún miedo. Si tenemos algo que corregir, de mil amores lo haremos”, aseveraba el rector del seminario Cartagena, Jesús Sánchez García, antes del examen vaticano, y lamentaba “el tinte sensacionalista que algunos le han querido dar, dando a entender que nos van a fiscalizar”.

En cualquier caso, este anuncio llega en un momento de especial debilidad para el Episcopado, puesto que se encuentran en pleno encaje del informe antiabusos del Defensor del Pueblo y sin acabar de rematar qué hacer con el estudio inconcluso encargado al bufete Cremades & Calvo-Sotelo.

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