Gilles Drouin: “Lo que se conoce como misa tradicional no es más que la misa de finales del siglo XIX”

El director del Instituto Superior de Liturgia del Instituto Católico de París explica cómo era la misa en los primeros siglos del cristianismo

Aunque el núcleo de la misa nunca ha cambiado desde el comienzo del cristianismo, su celebración ha dado lugar a una increíble variedad de formas litúrgicas. Así lo explica, en una entrevista a La Croix, Gilles Drouin, director del Instituto Superior de Liturgia del Instituto Católico de París.



PREGUNTA.- ¿Cómo era la misa en el cristianismo primitivo?

RESPUESTA.- La estructura fundamental de la misa consistía en la escucha de la Palabra de Dios [extractos de la Biblia, nde] y la fracción del pan, como ilustra el encuentro entre Jesús y los discípulos en el camino de Emaús (Lucas 24,18-35), una estructura, liturgia de la Palabra – liturgia eucarística, que fue descrita con gran precisión por san Justino en Roma a mediados del siglo II.

Todo el resto de la liturgia (la lengua, el calendario, los cantos, las oraciones, las procesiones, los gestos del sacerdote, etc.) se desarrolló en la cultura de cada gran Patriarcado. La misa se estructuró en el siglo IV en torno a cinco grandes centros: Roma en griego, luego muy rápidamente en latín; Alejandría (Egipto) en griego, luego en copto, luego en árabe; Bizancio en griego, luego en eslavo en los países eslavos; Antioquía y Jerusalén en torno al siríaco.

El Misal de Pío V

P.- ¿Encontramos la misma variedad en la Iglesia latina?

R.- Sí, en cierto modo. En torno al canon romano, común a todo el Occidente latino y atestiguado ya en el siglo IV en Milán, la fusión bajo los carolingios (siglo IX) entre las tradiciones romana, galicana y germánica no borró la diversidad litúrgica. Al contrario.

Por supuesto, se conservaron los venerables ritos ambrosianos en Milán y los ritos mozárabes en España, pero en Francia, cada una de las diócesis y órdenes mayores (dominicos, franciscanos) tenía su propia tradición litúrgica en la Edad Media. El rico patrimonio de prefacios (2000) y oraciones (7000) atestigua esta increíble riqueza de la tradición latina. El Misal de 1570 (Misal de san Pío V) es el resultado de un gran esfuerzo de simplificación y corrección del Misal medieval de la curia romana.

P.- ¿Marca la promulgación de este nuevo misal el fin de la diversidad litúrgica?

R.- No. Las congregaciones y diócesis con tradiciones litúrgicas que se remontan al menos doscientos años atrás tuvieron la opción de mantener su misal o adoptar el nuevo. La mitad sur de Francia adoptó en gran medida el misal de San Pío V. Pero a finales del siglo XVII se produjo un importante movimiento a favor del retorno a las liturgias diocesanas, conocidas en Francia como liturgias romano-francesas.

Hasta finales del siglo XIX no se unificó totalmente la liturgia romana. Lo que algunos llaman la “misa tradicional” no fue en realidad más que la misa de finales del siglo XIX. En Francia solo duró un siglo.


*Artículo original publicado en La Croix, ‘partner’ en francés de Vida Nueva

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