“¿No podría ser el cheque escolar la verdadera neutralidad y libertad que pedimos a la Administración competente?”. Esta fue la pregunta lanzada al aire ayer por el cardenal arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, durante su discurso inaugural de la Asamblea Plenaria.
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El purpurado planteó su iniciativa basándose en que “algunos estados europeos financian abierta y completamente la educación de los niños y adolescentes en la escuela escogida por sus padres”. Por ello, Omella defendió un sistema educativo “gratuito con independencia de la titularidad privada o pública del centro y del modelo educativo”.
Pese a las buenas intenciones del cardenal, la realidad es que la idea –que en el ámbito político es única y exclusivamente propuesta por Vox– ha sido acogida con sorpresa en Escuelas Católicas, la mayor patronal de la enseñanza concertada en nuestro país.
De hecho, en declaraciones a EFE, el secretario general, Pedro Huerta, ha lamentado que está propuesta –que está implantada en Estados Unidos–, “en lugar de mejorar el sistema, castigaría a las familias que no pudieran pagar lo que excedería de esa parte gratuita del cheque e impediría su acceso al modelo educativo que quieren para sus hijos”.
Aumentaría la desigualdad
Por eso, nada más conocer el pronunciamiento episcopal, el religioso trinitario se puso en contacto con la Conferencia Episcopal. Desde allí, calmaban los ánimos, asegurando que “no es una propuesta”, sino una “opción más que ponen sobre la mesa” para su debate. Eso sí, la propuesta ya ha sido acogida de buen grado por los colegios privados, que han aplaudido la petición de Omella.
El cheque, “al ser consustancial a la fijación libre de los precios y teniendo en cuenta que los fondos públicos son limitados, solo permitiría que fuera gratuito el centro cuyos precios coincidieran con el importe del cheque y eso provocaría la separación de los alumnos, por ejemplo, según la capacidad económica de las familias, de alumnos de zonas de poca población o con necesidades especiales, con lo que se eliminarían los valores de equidad y cohesión”, remarca Huerta.
Por esta razón, “nosotros proponemos mejorar los conciertos”, pues, pese a “todas las deficiencias, ayudan a garantizar la gratuidad que marca la Constitución y la integración de todos los sectores en la educación”.
