La Iglesia, aliviada porque (por ahora) Georgia no cae en la órbita de Putin

  • Gracias a la presión ciudadana, el Gobierno de Georgiano tiene que frenar una ley que cercenaba derechos básicos
  • Para Pasotto, administrador apostólico del Cáucaso, “aprobarla significa decir no a la entrada de Georgia en Europa”
  • El prelado apunta que, de salir adelante el control de las entidades consideradas extranjeras, “las Iglesias están en riesgo”

Protestas en Georgia

Georgia no cae en la órbita de la Rusia de Putin. Por ahora. Aunque sí es evidente que está viviendo las horas más tensas en las últimas décadas. Así, tras dos jornadas de manifestaciones masivas por parte de decenas de miles de ciudadanos que llaman a la protección de la Unión Europea (UE) ante un Gobierno, el de Sueño Georgiano, que buscaba implementar medidas de corte autoritario, este ha tenido que dar marcha atrás en un proyecto político que muchos veían como un primer paso para enterrar la democracia.



Concretamente, el Parlamento debía votar si aprobaba un proyecto de ley con el que poder censurar abiertamente a los medios de comunicación y a las organizaciones no gubernamentales, que podrían ser consideradas “agentes extranjeros” y, por tanto, intervenidas y limitadas en su acción. Tal legislación, copia de la que utiliza Putin en Rusia para silenciar todo atisbo de crítica, ha tenido que ser retirada finalmente por el Ejecutivo, aunque Georgiano ha justificado que quienes se oponían a ellas se basaban en “mentiras”.

133 detenidos

La realidad es que el Gobierno ha tenido que dar marcha atrás ante la fuerza de las manifestaciones de protesta, congregándose los opositores durante 48 horas frente al Parlamento en Tiblisi, la capital. La situación se tensó tanto que la policía acabó cargando y detuvo a 133 personas, dispersando a muchas otras con gases lacrimógenos y cañones de agua.

Como destaca la Agencia SIR, Giuseppe Pasotto, administrador apostólico del Cáucaso, ha llamado estas horas a “no tomar el camino de la violencia para resolver los problemas”. Al revés, la actitud ha de ser la de “escuchar con respeto a los que tienen un pensamiento diferente para entender dónde hay posibilidad de diálogo”.

“No queremos Europa”

Analizando la legislación en sí, el arzobispo ha mostrado su contundente rechazo: “Con esta medida, el Gobierno indica una posición clara: no queremos Europa. Una señal muy fuerte que va más allá de la propia ley, porque aprobarla significa decir no a la entrada de Georgia en Europa”. Y es que el país está en espera de conocer la decisión de la UE sobre si acepta o no su solicitud de ingreso en el club europeo.

Para Pasotto, es ilegítimo el impulso de políticas que están “acercando al país a Rusia más que a la UE” mientras que “el 80% de la población había votado en el referéndum por la OTAN y Europa”.

En caso de que, ahora o más adelante, saliera la ley adelante, que penalizaría a las entidades que reciban desde el exterior hasta un 20% de su presupuesto, el prelado apunta que, en esa situación, “las Iglesias están en riesgo”. Valga como ejemplo “nuestra Cáritas, que sería una de las primeras afectadas porque casi todos sus ingresos vienen del exterior”.

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