La apuesta por un nuevo acompañamiento, germen de esperanza de la Vida Consagrada

El sacerdote Nikolaus Klemeyer, responsable del noviciado de los Legionarios de Cristo en España, congregación que forma parte del Regnum Christi, comparte con Vida Nueva las claves de futuro de la Vida Religiosa

Este 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor, se celebra en todo el mundo la Jornada de la Vida Consagrada. Una propuesta eclesial centrada en esta ocasión en la esperanza. Una virtud teologal que se percibe inmediatamente en un noviciado, pista de despegue del futuro de la vida religiosa. El sacerdote Nikolaus Klemeyer, instructor de novicios de los Legionarios de Cristo en España comparte con ‘Vida Nueva’ las claves de futuro de la vida religiosa.



El religioso alemán fue ordenado sacerdote en 2016 y lleva dos años en este cargo tras haber sido en el pasado asistente de novicios en Alemania o trabajado en pastoral universitaria. En la sierra de Madrid, cerca de Navacerrada, acompaña a tres novicios españoles y uno mexicano. En una comunidad como la suya se va percibiendo que la situación mundial cada vez menos religiosa, por ello “es admirable que un joven esté dispuesto a dedicarse a una causa muy poco fructífera o sensata a ojos de la sociedad”, confiesa.

Un testimonio profético

En este sentido reivindica que los candidatos llegan a la casa religiosa a partir de “una profunda experiencia espiritual, interpelado directamente por Dios con un proyecto que le fascina”. Y es que la vida religiosa, añade, “siempre ofrece un tono profético, que supone sacar la hermosura de la entrega total a Dios y como esto puede fascinar a los demás como una propuesta positiva de la fe vivida en primera persona”.

El perfil de los candidatos a la vida religiosa es tan diverso y plural en estos tiempos que “no es una realidad fácil de acompañar” ya que requiere una auténtica “búsqueda para acompañar a cada uno en su camino tan particular con una historia muy propia y muy personal en la que debe ir floreciendo la vocación”. Todo un auténtico reto para la formación que “requiere mucha capacidad de conocer a la persona y su búsqueda, sus límites, su historia y como a través de su historia puede florecer desde una libertad la llamada de Dios”.

Una búsqueda que se alienta con todos los sentidos. Klemeyer, cuya vena artística la cultivó en familia gracias a la música clásica, ha potenciado el descubrimiento de la belleza de la vocación en sus novicios. Así, organizó una visita al museo Thyssen de Madrid en el que los candidatos trataron de identificarse con los cuadros de los pintores expresionistas e impresionistas. “Era hermoso ver cómo les interpelaban las imágenes según sus personalidades”, señala a ‘Vida Nueva’, subrayando que “el sentido artístico entra en la búsqueda de la fórmula para que la vocación de cada uno florezca de la mejor manera”.

Un futuro esperanzador

Desde esta experiencia, afirma que “siempre hay esperanza” y también para la vida consagrada ya que hay muchos religiosos “que trabajan de forma muy profunda en el acompañamiento de jóvenes y familias”. Para el Legionario de Cristo, “ahí hay posibilidades de crecimiento, aunque todavía no se perciban frutos inmediatos”. En este sentido, aunque reconoce que “hay que acostumbrarse a números más bajos en Europa ya que la sociedad no promueve mucho la vocación sacerdotal”, no todo está perdido.

Para Klemeyer “el signo más esperanzador es que se percibe una renovación y crecimiento en el acompañamiento de cada persona para llevarla a su plenitud vocacional, algo que en algunos casos conduce a la vida consagrada”. Así, afirma que “se está repensando en la Iglesia y en la congregación esta realidad del acompañamiento” y por ello hay muchas iniciativas y oportunidades en este ámbito desde el que se pone la base para un auténtico discernimiento vocacional serio.

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