La Diócesis de Cádiz y Ceuta, “aún conmocionada” ante la tragedia de Algeciras, expresa su “más firme condena a la violencia contraria a la voluntad de Dios y a la enseñanza de la Iglesia que altera la convivencia pacífica deseada por la inmensa mayoría de la población y que perturba profundamente la vida social”.
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El Obispado confirma en un comunicado que el salesiano Antonio Rodríguez Lucena (74 años) –vicario parroquial de María Auxiliadora, que se encontraba celebrando la eucaristía de las 19:00 horas en la capilla de San Isidro cuando se produjo el ataque– ya se encuentra fuera de peligro después de haber sido operado ayer tras ser herido con arma blanca. “Le manifestamos nuestro apoyo esperando su pronta recuperación, y a toda la familia salesiana, conmovida por esta agresión injustificada”, han remarcado.
Asimismo, expresan sus condolencias por el sacristán de la parroquia de La Palma asesinado: “Queremos expresar nuestra cercanía y apoyo a los familiares y amigos de Diego Valencia, muy querido en la parroquia y en la ciudad, por su entrega y afabilidad con todos, al tiempo que elevamos nuestra oración por su eterno descanso”.
El obispo se personó en la parroquia
El obispo de Cádiz, Rafael Zornoza, se ha personado en el lugar de los hechos y ha agradecido “su colaboración a las autoridades a la espera de que estos se esclarezcan plenamente”. “Anima, también a los fieles de estas parroquias, al clero, a la familia salesiana y pueblo de Algeciras a vivir estos acontecimientos con fortaleza evangélica”, añade el texto, al tiempo que pide “al Señor que ayude a los damnificados y conceda al pueblo cristiano una esperanza activa para trabajar con misericordia por el bien común, y que la sociedad pueda gozar de una convivencia en paz”.
La Policía Nacional detuvo anoche a un individuo de origen marroquí tras identificarlo como presunto autor de las agresiones realizadas en los templos de San Isidro, La Palma y la capilla de Europa. Así, la Audiencia Nacional está investigando los hechos como atentado terrorista de carácter yihadista, pues los testigos alertaron de que un hombre irrumpió armado con un machete en el templo al grito de “Alá es grande”.
