Mundo Cooperante: la lucha sin fin para erradicar la mutilación genital femenina y el matrimonio forzado

Nacho Baño, Alban del Pino, Sergio Carmona y Victoria Gómez-Trénor impulsan una ONG con la que hoy apoyan 40 proyectos en 22 países

Mundo Cooperante protege a mujeres y niñas. Foto: Sergio Carmona

“Donde se respeta a las mujeres, / allí los dioses moran. / Donde no hay respeto por las mujeres, / todo es pena”. Los versos de este proverbio hindú bien podrían configurar el lema vital de cuatro hijos de Don Quijote como Nacho Baño, Alban del Pino, Sergio Carmona y Victoria Gómez-Trénor. Esto es, el alma máter de Mundo Cooperante, una ONG que nació en 1998 y que, en cerca de 25 años de vida, ha ayudado a decenas de miles de niñas y mujeres amenazadas por lacras como la mutilación genital femenina, el matrimonio forzado, la esclavitud doméstica o la imposibilidad de estudiar y tomar las riendas de sus propias vidas.



Una aventura que comenzó un poco antes, en 1996, cuando, congregados por el sacerdote español Manuel Jiménez, Nacho, Alban y Sergio participaron como voluntarios en un proyecto que el misionero impulsaba en la localidad colombiana de Bucaramanga, dedicado a rescatar a niños que vivían en la calle. De vuelta a casa, el grupo de voluntarios que compartía la inquietud de seguir apoyando esta obra, decidieron ir un paso más allá y crear una asociación. Fue así como, en 1998, nació como tal Mundo Cooperante, de carácter civil y completamente independiente.

Mundo Cooperante protege a mujeres y niñas. Foto: Sergio Carmona

La mujer como motor de cambio

Durante los primeros años concentraron sus esfuerzos en Colombia, con programas como el que impulsaron en Cartagena de Indias para apoyar a las víctimas de la droga y que muchas veces carecían de un hogar. Hasta que, hacia 2006, como recuerda Alban, “reflexionamos y descubrimos quiénes somos en realidad. En ese sentido, tuvimos claro que la clave de los cambios sociales más profundos está siempre en las mujeres de las comunidades. Lo que consigues con ellas repercute con mucha más efectividad en el conjunto de su entorno”. Además de que, como añade Nacho, “la mayoría de las veces ellas son las más amenazadas, especialmente las niñas, siempre las más vulnerables a toda forma de violencia”.

Así fue como, bajo el lema ‘Mujeres que cambian el mundo’, focalizaron su acción en la defensa de las mujeres y las niñas. Empezaron con un calendario, ‘Las niñas de África’, que tuvo mucho impacto, llegando a muchísima gente. De hecho, ahí fue cuando les conoció Victoria, quien se sumó sin dudarlo al proyecto. “Me acuerdo perfectamente. Iba en un avión leyendo el libro ‘Flor del desierto’, donde se abordaba la mutilación genital femenina. Fue muy triste despertar a esta realidad, pues no pensaba que esta práctica seguía estando tan extendida. A través del calendario fue como les conocí a ellos y, desde entonces, estar en Mundo Cooperante forma parte de mi vida. Hay alegrías y tristezas, pero, además de la amistad entre nosotros, todo cobra sentido cuando vemos que ayudamos a mejorar vidas.

Mundo Cooperante protege a mujeres y niñas. Foto: Sergio Carmona

Datos que golpean

Y eso que es un océano muy negro, como documenta Nacho con datos que golpean: “Hay 160 millones de niñas que no han llegado a nacer por ser chicas. Al año, cuatro millones de niñas sufren la mutilación genital femenina; esto significa que 10.000 cada día. Cada año tres millones de menores son obligadas a casarse. Los feminicidios son habituales, especialmente en Asia…”. Como padre de tres hijos, siendo dos de ellas niñas, es algo que “me subleva cada día más” y le motiva a actuar con todas sus fuerzas. Entre otras cosas, “porque veo que mis hijas están orgullosas de este trabajo y valoran más su propia dignidad”.

En este sentido, una de sus principales líneas de acción es ‘Ser niña es un derecho’, un programa en red en el que apoyan desde aquí a entidades locales civiles e independientes que trabajan en defensa de las niñas y mujeres. A través de una convocatoria (actualmente en su cuarta edición) se ofrecen a apoyar económicamente proyectos en los que, como enfatiza Nacho, “lo importante es que, de verdad, trabajen por y para las niñas”. Una confianza que, reitera Alban, se forja en la constatación continua de lo avanzado, pero en la que también entra en juego el componente humano: “No podemos valorar a todos por igual, pues somos conscientes de que hay países y regiones que lo tienen mucho más difícil por su situación particular a la hora de conseguir resultados. Pero apostamos por ellos si vemos que hacen todo lo posible por avanzar”.

Mundo Cooperante protege a mujeres y niñas. Foto: Sergio Carmona

Testigos de “pequeños milagros”

Según los datos de su última memoria anual, actualmente sostienen 40 proyectos en 22 países, lo que se concreta en una labor de apoyo a programas e iniciativas en distintos enclaves de África y Asia. Con este modo de trabajar van siendo testigos de “pequeños milagros”, como el que Nacho percibe en un proyecto que apoyan en la región paquistaní de Balochistán, en la frontera con Afganistán: “Allí la violencia acecha constantemente y las mujeres son las más vulnerables”. Apoyamos a una organización de la sociedad civil que, además de su acción social con ellas, busca que el Parlamento local eleve la edad mínima del matrimonio a los 18 años. Pero es muy difícil, pues muchos de los propios diputados están casados con niñas. “Los cambios culturales son los más difíciles, pero la clave es perseverar en la lucha por la dignidad de las niñas”.

Otro de los pilares de Mundo Cooperante es, desde 2012, el programa ‘Pulseras Masái’, con el que apoyan directamente a 110 mujeres de etnia masái en Kenia y Tanzania. Como explica Nacho, “se nos ocurrió la idea cuando vimos que estas mujeres, al juntarse, mientras hablan, se dedican a tejer o a la artesanía tradicional. Pensamos que un modo de ayudarlas para que ganaran dinero y pudieran huir más fácilmente de la opresión que las amenaza en su entorno era que ellas realicen estas pulseras tradicionales y nosotros las vendamos en nuestra web. De los cinco euros que cuestan, dos son para ellas, otros dos son para nuestros proyectos y el restante para la sufragar la logística”.

Mundo Cooperante protege a mujeres y niñas. Foto: Sergio Carmona

Hasta 100.000 pulseras masái

En esta década han vendido unas 100.000 pulseras. Otro “pequeño milagro” que tiene numerosos efectos, pues no gastan nada en publicidad, sino que todo es por el boca a boca. Y gracias a la generosidad de gente conocida, como Macarena García, Maribel Verdú, Elsa Pataky, Natalia Verbeke, Ricardo Darín, Paco León, Jesús Calleja o Beatriz Rico, entre otros muchos embajadores, que lucen la pulsera y cuentan que todas las mujeres comprometidas en su elaboración han firmado un compromiso de no mutilar nunca a sus hijas. Además, más de 100 tiendas amigas las venden en sus locales, sin ganar un solo céntimo a cambio. Y un último gran gesto: los encargados de crear los paquetes que envuelven y envían las pulseras son un grupo de personas con discapacidades de la Fundación Gil Gayarre. Además de ganar un dinero con ello, sienten la realización de colaborar con un proyecto que mejora la vida de mucha gente.

El otro gran eje de su acción es un programa de becas, bautizado como ‘Preparándonos para la vida’, en el que ofrecen becas para la formación universitaria de jóvenes en Sierra Leona. Allí se apoyan en los salesianos de Freetown, que están en el día a día de muchas chicas vulnerables en el Hogar Don Bosco Fambul, y en las clarisas, comunidad de religiosas mexicanas que están presentes en Lunsar y Kailahun. Por ahora han podido becar a 30 de sus alumnas para que puedan ir a la Universidad, licenciándose ya algunas de ellas en Farmacia, Enfermería, Contabilidad o Magisterio. Sin duda, como remacha Victoria, esta es una pequeña revolución, “pues en Sierra Leona apenas hay maestras, estando las aulas en manos de hombres y somos conscientes de que tener más maestras asegura que las niñas puedan estar tranquilas y protegidas, ya que con los maestros lamentablemente no siempre es así.“

Reflejo del espíritu de lo que es Mundo Cooperante lo deja este mensaje final de Sergio Carmona, el cuarto pilar del grupo y quien no ha podido estar en la charla: “Creo profundamente que las niñas y mujeres son el futuro de la sociedad. Y lo veo también en mi trabajo en los países a los que viajo para conocer nuestros proyectos. Cuando la mujer está ausente o relegada, la sociedad se empobrece”.

Fotos: Sergio Carmona.

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