¿Existe una ética masculina y otra femenina? Adela Cortina responde

La catedrática protagonizó la última sesión de las XI Jornadas de Diálogo Filosófico, organizadas por el Instituto de Pensamiento Iberoamericano (IPI) de la UPSA

Adela Cortina

‘¿Valores femeninos, valores masculinos? El patrimonio ético de la humanidad’, era el título de la ponencia con la que la filósofa y doctora Honoris Causa por la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), Adela Cortina, reflexionó sobre si podía existir una ética masculina y otra femenina en las XI Jornadas de Diálogo Filosófico, organizadas por el Instituto de Pensamiento Iberoamericano (IPI) de la UPSA.



La ponencia de Cortina partía de esta concepción que tal parecía vigente durante siglos en una sociedad que apartaba a las mujeres de la vida pública. Y lo hacía a partir del texto de Immanuel Kant ‘Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime’, que consideraba a las mujeres como ciudadanas pasivas. Con él, Cortina presentó la dualidad entre lo sublime y lo bello, señalando que “lo primero infunde respeto y se asocia al varón, mientras que lo segundo inspira amor y se vincula a la mujer”.

A continuación, la ponente abordó la discusión contemporánea entre C. Gilligan y L. Kohlberg sobre la posibilidad de una ética masculina y otra femenina. Para el primero, la ética vinculada a la compasión es la más propia de la mujer, al ser esta más sensible a los vulnerables, mientras que la ética vinculada a la justicia sería más característica del varón.

La base de la ética

Sin embargo, Gilligan reconoce “que son las personas las que optan por un tipo de ética u otro, independientemente del sexo”. En una tercera referencia, Cortina resaltó el pensamiento de Patricia Churchland, quien desde sus estudios neurológicos descubre que “el cuidado no es algo que vaya contra nuestra naturaleza, sino que al fomentar el vínculo procura placer, y debido a las citoxinas, la búsqueda de placer es una base biológica de la ética”.

En definitiva, la conclusión de la catedrática es que la compasión es una base de la justicia, independientemente del sexo. “Quien no tiene compasión no puede captar las injusticias“, señaló. “De ahí que virtudes tradicionalmente adscritas a la mujer, como la compasión, se imponen también en la sociedad y en la política”.

Las Jornadas de Diálogo Filosófico congregaron a un centenar de asistentes, que conocieron de primera mano las investigaciones presentadas por los 23 expertos provenientes de 15 universidades. Las jornadas han servido para intercambiar puntos de vista y reflexionar sobre la realidad humana en el siglo XXI. Las conferencias y ponencias giraron en torno a dos núcleos temáticos: Posibilidades y límites de la perspectiva científica y el reto de las antropologías filosóficas.

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