Sínodos y Sinodalidad: el grupo de teólogos del Boston College presenta su libro digital de cara a los nuevos caminos de la Iglesia en 2021

El grupo iberoamericano de teología del Boston College ha presentado el libro digital ‘Sínodos y Sinodalidad’, donde compilan todas las conferencias realizadas en el curso en línea con homónimo nombre, dictado entre octubre y noviembre de 2020.



Vida Nueva ha conversado con parte del equipo de profesores que participó en este curso para analizar las perspectivas de la Iglesia en 2021, bajo la interrogante: ¿Qué significa vivir y obrar como Iglesia desde lo sinodal?

Traspasar fronteras

María del Pilar Silveira, coordinadora de esta iniciativa, ha indicado que en la publicación digital podrán tener acceso a todos los vídeos del curso de manera gratuita para la formación personal y comunitaria.

En cuanto a la experiencia formativa realizada “ha sido muy enriquecedora, que consistió en  coordinar, organizar, editar las video-clases y el contenido del curso contando con la colaboración voluntaria de 22 profesores de diversos países”.

El curso ha tenido una muy buena acogida en todo el mundo: “Los participantes que nos envían correos agradeciendo esta oportunidad de formación”, por ello han decidido hacer esta compilación para hacerla de dominio público.

Definitivamente “fue un espacio muy enriquecedor de reflexión y diálogo con participantes de diversos países y continentes, América, Europa, África, Asia. Se creó una comunidad eclesial unida en la fe y amor,  que traspasa fronteras y nos hermana en este camino sinodal”, agregó.

Revisar las estructuras de la Iglesia

“La actual etapa eclesial nos invita a una revisión de las estructuras y formas de proceder de la Iglesia que involucren a todo el Pueblo de Dios en las funciones de enseñanza, santificación y gobernanza.”, ha dicho Rafael Luciani, que en esta entrega abordó el tema “De la conversión pastoral a la conversión sinodal”.

Para el teólogo venezolano “tal esfuerzo supone una conversión sinodal” como lo ha descrito el papa Francisco en 2015 cuando sostuvo que “lo que el Señor nos pide, en cierto sentido, ya está todo contenido en la palabra «Sínodo». Caminar juntos —laicos, pastores, Obispo de Roma”.

“Profundizando esta senda, tres años más tarde la Comisión Teológica Internacional describió a la sinodalidad como la forma específica de vivir y obrar de la Iglesia Pueblo de Dios”, de allí que “el Grupo Iberoamericano de Teología ha querido ofrecer la serie de conferencias y clases que formaron parte de este curso para continuar formando personas e instituciones capaces de responder al reto de construir una Iglesia sinodal”, ha indicado.

Sacerdocio de la mujer

Cristina Inogés Sanz abordó “La teología del sacerdocio de la mujer”, con el que ha podido “reflexionar una vez más sobre lo innecesario que es ahora y en esta Iglesia” y  “resalto lo de «en esta Iglesia» porque puede que, en un futuro -lejano ya que el tiempo en la Iglesia parece correr despacio-, probablemente sí será necesario”.

De momento “es mucho más importante entender que el camino sinodal es una urgencia, dar carta de naturaleza a la presencia de las mujeres en lugares donde su acción pastoral es necesaria y, en algunos, hasta imprescindible”.

Quizá en un futuro “estaremos en una forma de Iglesia diferente donde el sacerdocio como tal no existirá, en cambio los ministerios sí que serán necesarios. Ahí, la mujer estará presente”.

“En este momento, vivir y obrar como Iglesia pueblo de Dios desde la realidad de ser mujer, es ocupar el lugar que viene determinado por mi bautismo que es lo que nos iguala a todos y, desde ese lugar reconocer el don y/o carisma que poseo para ponerlo al servicio de todo el pueblo de Dios”, apostilló la teóloga.

Sinodalidad, dimensión constitutiva

Carlos Schickendantz considera que “la sinodalidad, entendida como dimensión constitutiva de toda la Iglesia, se realiza a diversos niveles”, por tanto “se trata de promover una sinodalidad efectiva en lo diocesano, regional, universal para involucrar a todas las personas y encontrar su traducción adecuada en todas y cada una de las instituciones”.

“La sinodalidad implica actitudes adecuadas, especiales formas de proceder, determinadas dinámicas relacionales, precisas garantías jurídicas. Si es verdad que la sinodalidad requiere una conversión personal –moral, pastoral y teológica– de los creyentes, también es verdad que «solo una transformación en el plano de la figura colectiva» puede sostener adecuadamente un cambio en la autoconciencia”, ha dicho el teólogo chileno.

Además ha explicado que la sinodalidad está incidida por tres elementos “para determinar su actualidad: la sensibilidad democrática de los pueblos, las investigaciones histórico-teológicas y el contacto con las otras iglesias en el diálogo ecuménico”.

“Es verdad que la palabra refiere –históricamente– a asambleas generales de representantes eclesiales de distinto tipo y ha sido utilizada desde antiguo como sinónimo del término concilio, pero alude también a un principio que caracteriza constitutivamente a la Iglesia como comunión de creyentes a partir del misterio trinitario fundante de esta communio”, refirió.

Foto: Boston College

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