Cáritas advierte sobre la incidencia del coronavirus en los niños más vulnerables

La crisis del coronavirus penetra en todas las capas de la sociedad y con motivo del de la celebración, el 20 de noviembre, del Día Internacional de los Derechos de la Infancia, Caritas alerta del aumento en la vulneración de derechos que sufren los niños y niñas más vulnerables a través de una campaña en redes sociales con el lema #CorazonesPorLaInfancia.



Mascarillas de acercamiento

Para este día, Cártitas propone llenar las redes sociales mascarillas con corazones impresos para expresar una “ruptura” simbólica con el distanciamiento físico al que nos estamos viendo obligados a causa de pandemia, según aseguran en su propuesta.  Y es que los menores sufren con este distanciamiento que los está empujando a cierta invisibilidad social en la vida cotidiana, con el consiguiente riesgo de merma de sus derechos y de sus expectativas de presente y futuro.

Es lo que asegura Carmen García, responsable del Programa de Infancia y Adolescencia de Cáritas Española, “lejos de encontramos ante una ‘nueva normalidad’, estamos ante una nueva realidad que nos va a cambiar a todos de manera definitiva, pero muy especialmente a los niños y a las niñas, porque si algo han aprendido en esta etapa de crisis es que la vida puede pararse en un momento, que el personal docente y la escuela son fundamentales para un aprendizaje significativo”. Para García, “mucho más allá de internet y las redes sociales, la cercanía es clave; por eso los centros educativos son un escenario en el que no sólo los menores aprenden, sino también se relacionan y crecen como personas”. La celebración de este Día Internacional es una ocasión óptima para alertar sobre el riesgo real de que se “pierda” a toda esta generación de niños, niñas y jóvenes, esperan.

Además, el compromiso de Cáritas Española con los derechos de la infancia tiene una dimensión universal, especialmente gracias a dos proyectos recientemente apoyados por Cáritas Española en Bolivia y Mali, por un importe conjunto de 82.000 euros. En Bolivia, apoyan la sostenibilidad de la Comunidad Educativa Agropecológica de Qachari, situada al norte de la ciudad de Potosí y en Mali se apoya la mejora de las condiciones de vida de los menores que viven en la calle en la diócesis de Ségou, ubicada en el centro del país.

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