El Vaticano redujo su déficit a 11 millones de euros en 2019

Relaciones entre religiosos y obispos

La Santa Sede registró un déficit financiero en 2019 de 11 millones de euros frente a los 75 millones del año anterior, una mejoría que fue posible gracias al buen rendimiento de las inversiones financieras y a algunas transacciones extraordinarias. Hubo 307 millones de ingresos y 318 millones de gastos. En el pasado ejercicio se produjo además un significativo aumento de la liquidez para hacer frente a los efectos de la pandemia de Covid-19. Las consecuencias económicas del coronavirus serán visibles en las cuentas de 2020, en las que se teme un crecimiento del déficit debido a la caída de los ingresos en los diversos ámbitos y a la depreciación del patrimonio.



La Santa Sede informó este jueves de sus balances consolidados de 2019, los primeros desde que el jesuita español Juan Antonio Guerrero fue nombrado prefecto de la Secretaría para la Economía. Es un paso adelante hacia la transparencia que pide el papa Francisco aunque no representa la totalidad de las cuentas del Vaticano. Son solo las de la Curia romana y quedan fuera el Estado de la Ciudad del Vaticano, donde se enmarca el Governatorato (Gobernación), el Instituto para las Obras de Religión (IOR, la banca vaticana), el Óbolo de San Pedro, los fondos propios de la Secretaría de Estado, el plan de pensiones y otras entidades menores.

El patrimonio neto de la Santa Sede al finalizar 2019 fue de 1.402 millones, mientras que del Vaticano en su conjunto alcanzó los 4.000 millones de euros. Si se consolidaran las cuentas de todas estas instituciones no existiría déficit, aseguró Guerrero en una entrevista en Vatican News. El IOR, el Óbolo de San Pedro y el Governatorato, que recoge los ingresos de los Museos Vaticanos, cubren históricamente el desajuste de la Santa Sede, cuyas 60 entidades se encargan de llevar adelante buena parte de la misión de la Iglesia católica. Entre los gastos de la Curia romana destacan los 46 millones de euros del dicasterio para las Comunicaciones o los 43 millones de euros necesarios para mantener las 126 nunciaturas y misiones diplomáticas.

Prudencia económica

“La Santa Sede no funciona como una empresa o como un Estado, no busca beneficios. Es por tanto normal que esté en déficit”, comentó Guerrero, aclarando que ello no significa que no se actúe con “prudencia” económica. “Pero no podemos pensar y actuar sólo partiendo de ahí. A veces debemos dar más de lo que tenemos para cumplir nuestra misión: debemos tener audacia misionera”, destacó.

El ‘ministro’ de Economía de la Santa Sede puso como ejemplo la inversión en el mundo de la comunicación, con un diario “muy conocido” como L’Osservatore Romano y la publicación de noticias en 40 lenguas a través de Vatican News. Guerrero también hizo referencia a los últimos escándalos financieros que han sacudido el Vaticano a raíz de la compra de un edificio en Londres y reconoció que en algunos casos “además de mal aconsejada”, la Santa Sede también se ha visto “estafada”, aunque consideró que “estamos aprendiendo de los errores o imprudencias del pasado”.

Noticias relacionadas
Compartir