El cardenal Parolin en el Santuario de Ars: “San Juan María Vianney fue un auténtico profeta”

“Un sacerdote que con sencillez, ternura, fidelidad a los sacramentos, se conformó a la voluntad de Dios y así siguió el camino de la santidad”. Así ha retratado el cardenal secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin, la figura de San Juan María Vianney en el día de su memoria litúrgica, que se celebra hoy, 4 de agosto. Tal como recoge Vatican News, al celebrar la eucaristía en en el santuario de Ars, donde se encuentran los restos mortales del sacerdote, el purpurado transmitió la bendición y el “sincero y cordial saludo” del Papa a los presentes.



Parolin ha señalado que el cura de Ars ha sido para él una figura especialmente querida desde la niñez. “Tal vez fue él mismo”, ha dicho el purpurado, “quien encendió la chispa” de su vocación e hizo posible la celebración de su propia ordenación sacerdotal en Ars.

“La vocación de San Juan María Vianney es la de ser un auténtico profeta-guardián”, ha apuntado Parolin, “interesado sólo en buscar la conversión y la salvación de los pecadores, comprometiéndose en una lucha implacable contra el Maligno”. De esta manera, Vianney se convirtió en “la voz resonante de Dios”, llevando una vida consumida “en total fidelidad y consistencia”.

Constantes y perseverantes en el ministerio

“No sólo participó en el poder taumatúrgico del Señor, curando y sanando completamente a las personas”, sino que, además, “fomentó nuevas y abundantes vocaciones”. Asimismo, haciendo referencia a la carta del papa Francisco a los sacerdotes, Parolin ha exhortado a los consagrados a no dejarse llevar por el “daño causado por el comportamiento desviado” de algunos sacerdotes, sino a recordar que la vocación es “un don gratuito”, “totalmente inmerecido”, que debe ser acogido “con humildad y oración”.

El purpurado ha recordado también las palabras de Benedicto XVI durante el 150° aniversario de la muerte del cura de Ars, en las que el Papa emérito señalaba que su figura “nos enseña a transmitir alegría y esperanza a través del testimonio de nuestra vida personal y a ser constantes y perseverantes en nuestro ministerio”. Un ministerio alimentado por los sacramentos, la oración, la reconciliación y también por la ternura que San Juan María Vianney tenía hacia los heridos o los que habían pecado.

“Ser cristianos auténticos”, ha remarcado, “significa, por lo tanto, caminar por el camino de la santidad”. Un camino que, como enseña el cura de Ars, está “hecho de sencillez, desinterés, pureza de intención y acción, fidelidad a Dios y al Evangelio, a los sacramentos celebrados, compartidos y vividos”. Asimismo, es la “íntima unión personal con Cristo” la que nos lleva a conformar nuestros deseos a la voluntad de Dios, “nos llena de alegría y felicidad, nos ayuda a ser sal y luz del mundo”.

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