Primeros signos de resurrección tras el coronavirus en Corea del Sur: mañana vuelven las misas

Tras surgir en diciembre en China, Corea del Sur fue uno de los países más afectados por el coronavirus. Pero también aquí la tormenta está pasando y ya se va, poco a poco, volviendo a la normalidad.



Es el caso de Daejeon, donde, tras 22 días sin que se registre un caso positivo, las autoridades han dado permiso a la Iglesia local para que, desde mañana, jueves 23 de abril, se puedan volver a celebrar misas. Allí contactamos con la misionera española Ester Palma, perteneciente a los Servidores del Evangelio de la Misericordia y quien lleva más de una década en el país. También es hermana de Ana Palma, misionera en Filipinas y cuyo testimonio acabamos de conocer en esta revista.

Desde el Miércoles de Ceniza

Emocionada ante lo que está a unas horas de vivir, cuenta que la espera ha sido larga: “Desde hace exactamente dos meses, el 23 de febrero, que era Miércoles de Ceniza, no se celebran misas abiertas a los fieles. Después de que el país bajara de 30 casos en los últimos días, la Conferencia Episcopal ha decidido que, con muchas medidas de seguridad, se vuelva a invitar a los fieles a la eucaristía”.

En cuanto a la esperada celebración de este jueves, “aunque en este tiempo los fieles se han unido por YouTube y por la televisión católica, sin duda esta será una verdadera vigilia de resurrección, en la que, a una sola voz, podremos cantar nuestra acción de gracias, porque aquí, en Corea del Sur, ya se ve el final de la crisis sanitaria del coronavirus. En nuestra ciudad de Daejeon, ya hace más de tres semanas en las que no tenemos ningún caso nuevo, y se espera que, en los próximos días, se llegue a los cero casos en todo el país”.

Medidas de seguridad

“Las medidas de seguridad –prosigue Palma– para asistir a las misas serán las mascarillas obligatorias y la medición de fiebre a la entrada de los templos, así como la no respuesta al amén en el momento de recibir la comunión, que será en la mano. Los fieles contestarán a la misa en voz baja y se sentarán a una distancia de seguridad unos de otros. Para aquellos frágiles de salud o que por seguridad prefieran no asistir, se les sigue dando la dispensa y se está eximido de la comunión hasta el 15 de agosto”.

“Pensamos –concluye ilusionada la misionera española– que, para muchos fieles que están muy sedientos de Dios, el volver a la iglesia va a ser un momento muy emocionante; para otros, quizás, solo sea un romper con la rutina establecida en estos meses de ‘no ir’ a la iglesia. Puede ser que muchos fieles se hayan ‘enfriado’ a nivel de fe, por lo que habrá que volver a buscar a estas personas, ‘una por una’, para hacerles saber que Dios les espera, les anhela y que en la Iglesia tienen su casa y su familia”.

Ceremonias en aparcamientos

Con todo, los fieles de Daejeon no han sido los primeros católicos de Corea del Sur en poder asistir a la celebración de la eucaristía. Y es que, desde hace tres semanas, algunas parroquias de Séul pusieron en marcha una iniciativa que contó con el respaldo de las autoridades: celebrar la misa en aparcamientos. Allí, los fieles han podido seguir las ceremonias en directo y, cada uno desde su coche, respetar la preceptiva distancia de seguridad.

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