Rouco, Tarancón, Blázquez, Merchán, Suquía… ¿Quién ha sido el mejor presidente del Episcopado?

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Desde su creación, en 1966, la Conferencia Episcopal Española ha tenido nueve presidentes, aunque algunos de ellos repitieron en ocasiones diferentes, como ha sido el caso de los cardenales Rouco y Blázquez, que han copado intermitentemente la presidencia de este órgano colegial desde 1999 hasta este 2020.



A ellos se añaden nombres históricos de la Iglesia como los también cardenales Quiroga, Tarancón o Suquía y los arzobispos Morcillo, Díaz Merchán y Yanes. Hombres de distintas personalidades para distintas épocas eclesiales y política de la historia reciente de España. Pero, ¿quién de ellos fue el más significativo según los estudiosos de ese período histórico?

El catedrático emérito de la Pontificia Comillas Juan María Laboa no titubea: Vicente Enrique y Tarancón. “Se encontró con la situación más difícil que ha vivido en su historia la Conferencia Episcopal Española en este más de medio siglo de funcionamiento, y consiguió no solo acatar y sintonizar bien con Pablo VI, sino que fue capaz de actuar con mucha inteligencia y autoridad, sobre todo hacia el interior de aquella Iglesia que recibía el Vaticano II, pero también con las autoridades del momento, tanto con Franco como el rey Juan Carlos, como se vio en la homilía de entronización que presidió”, señala el más reputado estudioso de aquella época.

Con permiso de Fernando Sebastián…

Partiendo de que Fernando Sebastián –“entendía muy bien la teología de la secularización, en lo bueno y en lo malo”–nunca presidió la Conferencia Episcopal y entonces no vale para el caso, el jesuita Alfredo Verdoy destaca también la figura del cardenal Tarancón.

“Es bueno que hoy recordemos aquel momento que le tocó a él, para valorar cómo ofreció a la Iglesia en España, desde el gobierno de los obispos, una neta identidad cristiana, pero dialogante con este mundo, al estilo de san Pablo VI, siempre con una visión desde Cristo, la fe, la comunión y la redención, sin pretender encerrarse en perfiles particulares para criticar lo que viniera de fuera”, señala el profesor de Comillas.

Una década ininterrumpida

“Por las circunstancias en las que se desarrolló su presidencia, en los años de la Transición, por la duración de la misma, diez años ininterrumpidos y por la capacidad de influencia que tuvo a nivel externo con los poderes civiles situando a la Iglesia católica en el panorama democrático, como interno eclesial siendo sus planteamientos un referente positivo para la gran mayoría del episcopado durante tanto tiempo, sin duda, a quien destacaría sería a don Vicente Enrique y Tarancón”. Las nuevas generaciones de especialistas, como es el caso de Jesús Ignacio Merino Morga, profesor invitado en la Facultad de Teología del Norte, sede de Burgos, también lo tienen claro: “el cardenal del cambio” destaca entre sus pares.

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