Braulio Rodríguez: “Ni la eutanasia ni el suicidio asistido hacen a la sociedad mejor ni más libre”

  • El administrador apostólico de Toledo dedica su carta semanal a una de las medidas del Gobierno de coalición
  • En España “enseguida sube en el ranking de preferencias lo que se pone de moda o parece progresista”, denuncia

Todo apunta a que la primera batalla legal que va a enfrentar al nuevo gobierno de coalición de Pedro Sánchez con la Iglesia va a ser la ley de la eutanasia. En este sentido el administrador apostólico de Toledo, Braulio Rodríguez, dedica su carta semanal a la posibilidad de esta reforma legal que, advierte, “lo que se convierte en correctamente legal por la aprobación del Parlamento rápidamente se convierte en moralmente aceptable, sobre todo si no hay debate y el aparato de mayoría, con los medios bien utilizados, se impone sin más”.



Atentado contra la dignidad humana

Por ello, el prelado afirma que en España “enseguida sube en el ranking de preferencias lo que se pone de moda o parece progresista”. Rodríguez recuerda que el PSOE “ya ha anunciado que la ley de la eutanasia será una de las propuestas de ley más urgentes en la actividad parlamentaria”, por lo que la elección del tema para su escrito a la diócesis “no es una simple deducción mía arbitraria. Está en todos los medios”, justifica.

Ante esta circunstancia a corto o medio plazo, recuerda que la eutanasia “es ante todo un pecado grave y dañino”, ya –más allá del plano teológico– que “la fundamentación de la dignidad de la persona humana, con independencia de cualquier otra circunstancia como raza, sexo, religión, salud, edad, habilidad manual, capacidad mental o económica, va directamente en contra de la eutanasia”.

El capitalismo salvaje

Ni la eutanasia ni el suicidio asistido hacen a la sociedad mejor ni más libre, ni son expresión de verdadero progreso. Eso es lo que se quiere ofrecer a la sociedad española, como si no tuviéramos problemas más urgentes que solucionar”, apela. Y haciendo referencia a escritos anteriores, denuncia que la ley que surja al respecto “sería una ley de un capitalismo salvaje, donde prevalece el dinero que la ley ahorrará al Estado o la sanidad pública”.

Por ello, para el arzobispo, “es contradictorio defender la eutanasia en una época como la nuestra, en la que la medicina ofrece alternativas, si se utilizan los cuidados paliativos, como nunca hasta ahora”. Apelando al valor de la tarea de “cuidar al que sufre” señala que el ensañamiento terapéutico no es la única opción para los enfermos terminales, sino que en muchos casos “basta con habilitar más camas y atención para que sea posible los cuidados suficientes para que una persona viva y llegue a su muerte con paz”.

Nada más pernicioso, pues, que introducir razones ideológicas para justificar la eutanasia”, añade. Y, señalando a los partidos políticos, les reclama que “cumplir ese programa es extremadamente grave y denota poca atención a lo que está viviendo la gente, aunque se utilicen argumentos que parecen humanos y son antihumanos, porque atentan contra la dignidad humana” conluye.

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