Javier Gogeaskoetxea: “Los editores estamos obligados a defender las librerías”

Javier Gogeaskoetxea, consejero delegado de DDB

Semanas atrás, Desclée De Brouwer (DDB) reunió en un hotel de Bilbao a autores, colaboradores y amigos para conmemorar sus 75 años de andadura editorial. Allí, esta empresa familiar recordó el pasado, celebró el presente y miró al futuro “con optimismo”, dice su consejero delegado, Javier Gogeaskoetxea.

PREGUNTA.- ¿Cuál es el secreto de la longevidad de DDB? ¿Cómo una editorial laica se ha hecho hueco en el nicho del libro religioso?

RESPUESTA.- Nuestra longevidad se debe en gran parte a la ‘Biblia de Jerusalén’, un producto estrella que se vende a lo largo del tiempo con constancia y genera ingresos que permiten mantener una producción editorial importante. Generalmente, una editorial con la venta del 10% de los libros que publica sostiene al 80%.

Cuando mi abuelo José María comenzó en 1944, solo editábamos libros religiosos. Sin embargo, después de la salida de la ‘Biblia de Jerusalén’ comenzamos a publicar libros no religiosos de psicología, novelas, filosofía, ética, etc. Y, desde entonces, mantenemos diferenciados los fondos de humanidades y de religión, lo cual nos permite una buena presencia tanto en librería religiosa como general.

P.- ¿Sigue vendiendo la religión o todo se lo lleva la ‘Biblia de Jerusalén’?

R.- La ‘Biblia de Jerusalén’ es nuestro “buque insignia”, pero el libro religioso sigue teniendo bastante peso. La ‘Biblia de Jerusalén’ supone el 30% de las ventas, el libro religioso otro 30% y el resto los libros de humanidades. Esos porcentajes se han mantenido en el tiempo, y solo en los últimos cinco o seis años el libro religioso ha comenzado a perder peso. (…)

P.- ¿Echa algo de menos en el panorama editorial religioso español?

R.- Un nivel más “elevado“ del libro religioso. Autores como Karl Rahner, Raymond E. Brown, John Bright… apenas son ya demandados. Hasta hace 10 o 15 años, los libros académicos de carácter religioso, teología de alto nivel, se vendían muy bien y, además, se convertían en libros de fondo. Hoy, los lectores de libro religioso demandan libros más sencillos, menos sesudos.

P.- ¿Cómo se presenta el futuro?

R.- El mayor peligro que vislumbro es la decadencia de los canales tradicionales de venta de libros, como las librerías, especialmente las religiosas. La irrupción de nuevos actores, como Amazon, está haciendo mucho daño al canal librero, y los editores estamos obligados a defenderlo. Pero soy optimista sobre el futuro. Hasta hace poco, se decía que el ebook iba a matar el libro en papel, pero el tiempo ha demostrado que no es así.

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