Obispos de Perú, Chile y Bolivia abordan temas comunes

En Lima, los días 3 y 4 de septiembre, está teniendo lugar el sexto encuentro de representantes de los Comités Permanentes de las Conferencias Episcopales de Bolivia, Chile y Perú. El primero se realizó en Iquique, Chile, el año 2.000 teniendo como tema central el flujo migratorio entre los tres países y la entonces llamada “pastoral de la triple frontera”. El 2003 se reunieron en Santa Cruz, Bolivia; el 2006 en Lima; el 2011 en Santiago de Chile y el 2013 en La Paz.

“Perú, Bolivia y Chile constituyen una cierta unidad por cercanía territorial”, explica Fernando Ramos, obispo secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile y Administrador Apostólico de Rancagua, consultado por el portal iglesia.cl de ese episcopado. Agrega que el objetivo es “compartir experiencias pastorales y favorecer también por medio de esta reunión, el encuentro de estos tres pueblos”. 

“Muchas cosas nos acercan”

Ramos explica que, habitualmente, se lleva una agenda abierta para “poder puntualizar algunas preocupaciones comunes y cómo podemos ayudar a que se vayan resolviendo. Cada país tiene su propia situación política, social y cultural compleja, pero creemos que tenemos muchas más cosas que nos acercan. Como Pueblo de Dios, como creyentes, más allá de la institución, nos reconocemos con los otros creyentes, miembros de un mismo Pueblo de Dios como hermanos” y agrega que “el proyecto de Dios es crear una gran fraternidad, pues somos hijos de un mismo Padre, por lo tanto, las diferencias que a veces nos distancian pueden ser ocasión para encontrarnos y constituir fraternidad”.

De parte del episcopado chileno, Ramos indica que “la migración es uno de los temas que hemos planteado, dado que en la frontera chileno-peruana se ha producido últimamente una tensión bastante grande. Hay un flujo migratorio, especialmente el último tiempo, de venezolanos que pasan a través de Perú e incluso a través de Bolivia, para llegar a Chile”. Destaca también el obispo chileno la labor que realizan en este campo organismos eclesiales en estos países, y subraya la conveniencia de fijar acuerdos que contribuyan a mejorar las condiciones de los hermanos migrantes.

De hecho, dos semanas antes se desarrolló, en Oruro, Bolivia, el VII encuentro de Triple Frontera para fortalecer la acción pastoral que promueva la dignidad de las personas en situación de movilidad humana, a través de la comunión y compromiso solidario entre estas Iglesias hermanas de Perú, Bolivia y Chile.

Un tema que no puede ser eludido es el de los abusos por parte de personas de Iglesia. “La realidad de la prevención de abusos la hemos planteado para poder compartir las diversas experiencias de estos tres países hermanos”, señala Ramos.

Intercambio de experiencias pastorales

El Sínodo de la Amazonía es también una preocupación, según el obispo chileno: “tanto Perú como Bolivia tienen regiones amazónicas, Chile no, pero por las situaciones que hemos estado viviendo el último tiempo de grandes incendios forestales, esto trasciende a los países con territorios amazónicos por sus efectos medioambientales. Lo que ocurre en la Amazonía nos impacta igualmente”.

Fernando Ramos agrega que “la preocupación de la Iglesia para hacer un sínodo no es solo ecológica, que ya es bastante, sino también pastoral o evangelizadora. Dadas las características de la región amazónica, sus pueblos originarios con baja densidad poblacional, grandes distancias entre comunidades; plantean desafíos pastorales muy grandes. Hay poco personal pastoral, una estructura eclesial muy frágil, por lo que para nosotros puede ser de gran ayuda poder entender y ver qué luces aparecen en la reflexión pastoral de este sínodo para ir tomando también elementos que nos puedan ayudar a nuestros desafíos pastorales en una Iglesia muy distinta como Chile”.

Finalmente, “el narcotráfico es otro gran tema, asegura Ramos, pues los sectores de frontera se han vuelto de gran peligrosidad. Con Bolivia compartimos una frontera muy extensa en donde cuesta mucho tener control. Sabemos del efecto devastador que produce la droga en la sociedad y en las generaciones más jóvenes y cómo las estructuras de narcotraficantes también van corroyendo la sociedad”, señala Fernando Ramos, agregando que la situación política, social y económica que se vive en los tres países será también parte de las conversaciones de estos dos días.

 

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