Cardenal Omella: “Me duelen los pecados de quienes formamos parte de la Iglesia”

  • El arzobispo de Barcelona reflexiona en La Vanguardia sobre la situación de la migración en Europa, los populismos y los “errores” de la Iglesia
  • “Los bajos índices de natalidad generan sociedades envejecidas que deben compensar dicha situación con la recepción de emigrantes”

El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, en una imagen de archivo/CNS

“Me duelen, como duelen a tantos cristianos, los errores y pecados de quienes formamos parte de la Iglesia”, ha dicho en una entrevista con La Vanguardia el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, “pero me alegra la santidad de tantas personas, de esos ‘santos de la puerta de al lado’, como los llama el papa Francisco, personas que sin ruido hacen el bien y reparten esperanza a su alrededor, trabajando por crear un mundo en paz, en justicia y en libertad”.

Y es que estas personas son quienes construyen, día a día, un mundo basado en los valores cristianos, entre los cuales destacan la preocupación por el otro, la búsqueda de la unidad. Algo que, en Europa, parece que va desapareciendo en “una sociedad envejecida y cansada”, donde se ha producido “una pérdida de grandes ideales”. Una Europa que parece verse “atrincherada en sí misma, incapaz muchas veces de encontrar mecanismos de esperanza, nuevas ideas de integración, soluciones económicas que ayuden a vivificar la sociedad”.

A esta situación, para el purpurado, ha afectado de forma directa “el triple contexto de la economía, la inmigración y la natalidad”. Y es que el bajo índice de natalidad “genera sociedades más envejecidas que deben compensar dicha situación con la recepción de emigrantes”. Esto, junto al miedo a lo desconocido, “lo que ha provocado en los países afectados son situaciones de malestar con una tendencia a proteger cada ámbito nacional”.

Una política migratoria sana

Para Omella los populismos han surgido en todo el continente como una reacción a lo desconocido, generando “una dinámica de miedo”, y buscando soluciones “en el aislamiento y la identidad nacional”. Sin embargo, el arzobispo de Barcelona advierte que estos modelos políticos “utilizan, modelan y simplifican” situaciones complejas para las que no existen “soluciones sencillas”.

“Los populismos detectan un enemigo, un culpable ajeno a nosotros y nos presentan una solución a los conflictos sin renuncias ni esfuerzos personales”, ha añadido, subrayando que, generalmente, estas soluciones pasan por “caminos de exclusión del otro”. Por este motivo, Omella considera que, ante la crisis de migraciones que vive Europa, “una política sana debe dar acogida a estas personas que huyen del hambre y de la guerra”, pero de una manera en la que se garantice “la integración de esas personas en las sociedades que las reciben”.

Noticias relacionadas
Compartir