abuSOS: así actúa la Iglesia de la tolerancia cero

Un monaguillo durante una celebración

Los obispos españoles preparan unos nuevos protocolos para prevenir los abusos a menores. La normativa será elaborada por la comisión antipederastia que la Conferencia Episcopal Española ha puesto en marcha y que encabeza el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez. Cinco juristas acompañarán al prelado en la tarea, aunque prevén la inclusión futura de laicos expertos en otras disciplinas. Sus nombres son: Jorge Otaduy, catedrático de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra; Silverio Nieto, director de los Servicios Jurídicos de la Conferencia Episcopal; Carlos Morán, decano del tribunal de la Rota Española; el jesuita Miguel Campo, asesor jurídico de CONFER; y Carlos López Segovia, vicesecretario para Asuntos Generales de la Conferencia.

Conscientes de que “los abusos no son solo un pecado; son un delito grave”, como ha reconocido el secretario general del Episcopado, José María Gil Tamayo, la Iglesia lleva trabajando de forma más exhaustiva en la última década en sus políticas de tolerancia cero. Su implicación nace del deseo de hacer de la Iglesia un lugar seguro y que estos hechos “repugnantes”, como los tildó la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, al ser preguntada al respecto, no se vuelvan a repetir. Más allá de la Conferencia Episcopal, ¿qué hacen congregaciones, ONG, movimientos y otras entidades eclesiales para erradicar esta lacra?

Las ONG, al frente

Cáritas tiene claro que la clave está en la prevención. Por eso, todos los voluntarios, trabajadores y cooperantes siguen un código ético de conducta que “no solo tienen que firmar, sino comprometerse a seguirlo”, explica a Vida Nueva Pilar Barrio, coordinadora del Equipo de Desarrollo de Personas de la entidad. Como mecanismo concreto, desde este mismo verano han puesto en marcha un canal de denuncia on-line. “Cualquier persona puede poner en nuestro conocimiento o denunciar conductas inapropiadas, entre ellas cualquier tipo de abuso. Y puede ser en primera persona o no; es decir, si yo sé que alguien está abusando de un usuario de un comedor social, puedo denunciarlo a través de este canal”, comenta. Todas esas denuncias llegan al equipo que ella coordina y se derivan al gabinete jurídico, que se encarga de determinar cuáles pueden ser susceptibles de ser denunciadas ante la justicia.

Manos Unidas, por su parte, “ha dado un paso firme liderando las iniciativas para luchar contra el acoso y el abuso que se han conocido en nuestro sector a raíz del escándalo de las ONG británicas en Haití”, explican. En ese sentido, “trabajamos de forma activa, junto a otras organizaciones, en el plan de medidas que aprobó la Coordinadora ONGD España en abril”. Estas medidas tienen como objetivo promover las conductas éticas, concienciar a los líderes de incrementar los controles y generar espacios de tolerancia cero al abuso, avanzar en prácticas de transparencia para comunicar los casos que se traten y recordar que deben poner en conocimiento de las autoridades cualquier indicio que recaben sobre la comisión de un delito, así como la obligación que tienen de colaborar con dichas autoridades en el esclarecimiento y castigo de esos posibles delitos.

Maristas: protocolos y formación

Quienes han batallado en primera persona contra los abusos son los hermanos maristas. A principios de 2016 saltó a los medios la denuncia de un padre del centro de Sants-Les Corts de Barcelona, que acusaba a la congregación de hacer oídos sordos a una queja contra un profesor en 2013. Sin embargo, este, que trabajó 20 años en el centro, fue expulsado del colegio dos años antes por denuncias similares. La publicación provocó que otras víctimas del mismo pedófilo lo señalaran. No obstante, los religiosos tenían desde 2011 redactadas unas políticas congregacionales para la protección de menores. Con este texto como base, cada provincia ha adaptado sus políticas a la realidad de los lugares donde están insertos.

“Es en 2013 cuando se publica un protocolo específico de prevención de abusos, que está vigente en todas las obras maristas y es conocido por todos”, explica a esta revista Raimon Novell, coordinador del Equipo de Protección de los Niños de Maristas Cataluña. Este protocolo está articulado en dos dimensiones: la respuesta inmediata y el cambio cultural y de mentalidad. “Si ocurre un caso debemos actuar y por eso siempre hay una persona de referencia que todos los niños y las familias conocen”, recalca. Así, en la parte más formativa, “hay una importante labor pedagógica”, reconoce Novell. Los alumnos cuentan, como mínimo, con dos tutorías al año para tratar estos asuntos y que conozcan las herramientas para denunciar estos abusos, ya sean en el ámbito escolar, extraescolar o familiar. Y es que “los casos aumentan cuando hay opacidad”, indica Novell.

La formación para el claustro va más allá. Por eso, casi 70 educadores participan en los cursos en esta materia ofertados por la Universidad Gregoriana de Roma. El objetivo último es, según Novell, “que una instancia externa con experiencia en auditar protocolos antiabusos nos evalúe, porque “hemos formado parte del problema, pero también queremos ser parte de la solución”. Y “sabemos que una política firme no es suficiente para erradicar el problema, pero es el primer paso para solucionarlo”.

Salesianos y jesuitas, con planes integrales

Los salesianos, por su parte, están ultimando su plan integral de protección del menor, que esperan tener vigente este mismo curso. Y no solo en la escuela, sino en todos los ámbitos en los que están presentes: parroquias, plataformas sociales… Este plan ha sido diseñado siguiendo los estándares de una consultora especializada en la auditoría de instituciones en materia de protección del menor. “El plan de medidas recoge tanto abusos como otras situaciones como el bullying”, explica a este semanario el salesiano Javier Valiente. No obstante, las medidas antiabusos eran adoptadas desde 2004. Pero ahora se quiere hacer de forma unificada.

Los jesuitas en España se rigen por cuatro documentos, que son públicos: ‘Protocolo de intervención en casos de abusos sexuales sobre menores o personas que habitualmente tienen uso imperfecto de razón’, que se redactó en 2011 y que se encuentra en proceso de revisión y actualización, con la idea de tenerlo listo antes de final de año; ‘El Código de Conducta de la Compañía de Jesús’, de 2013, al que han de atenerse en el desarrollo de sus funciones todas las instituciones y actividades; ‘Indicaciones para el ejercicio del ministerio pastoral’, también de 2013, que pretenden ayudar a quienes trabajan en pastoral a ofrecer un ministerio de la mejor calidad posible y proceder de modo correcto, previniendo situaciones indeseables; y ‘Modo de proceder en relación con los menores a efectos de evitar conductas impropias’, del mismo año, que trata de la prevención para reducir situaciones de riesgo.

CONFER: asistencia psicológica

Por otro lado, CONFER cuenta con un protocolo elaborado en 2011 que se distribuyó a todas las congregaciones para que lo adoptaran o para utilizarlo como marco en la elaboración de sus propios protocolos. Es desde su Centro Médico-Psicológico donde trabajan activamente en la formación sexual y afectiva. Y “lo hacemos en dos vertientes: formación para formadores y ayudas puntuales a las congregaciones que nos lo solicitan, tanto buscando orientaciones como porque han conocido un caso”, dice el agustino José Luis Martínez, coordinador del centro, que cuenta con cuatro psicólogos y un médico especialista en salud mental. Aunque la existencia del servicio data de hace 50 años –“y siempre ha habido casos”– “es en los últimos 17 años cuando han aumentado las solicitudes para atender a quienes cometen estos delitos”. No obstante, “los casos son limitados, es verdad, pero hay”.

Regnum Christi: en 2020 todos sus protocolos estarán auditados

Por su parte, el Regnum Christi, que también ha sufrido la pederastia en su seno, tiene hoy en la protección del menor una de sus importantes preocupaciones. Desde 2014, la dirección general y la dirección territorial de España han buscado “seguir mejorando en el cumplimiento de esta responsabilidad desarrollando e implementando nuestra política de ambientes seguros para menores y personas vulnerables”. En el capítulo general de 2014 se dio un plazo de seis años para que todas las medidas adoptadas sean acreditadas por organizaciones independientes. En este sentido, Praesidium –empresa norteamericana líder en la implantación de medidas de protección del menor– ha evaluado la implementación de los estándares en los Legionarios de Cristo en España y ha acreditado que “la congregación tiene implementado un correcto sistema para la prevención de los abusos de los menores que tiene a su cargo”.

La prelatura del Opus Dei en España también tiene sus propias normas para la investigación de acusaciones de abuso sexual de menores, actualizadas en 2013. En particular, “si la conclusión de la investigación es que las acusaciones son verosímiles, el coordinador de protección de menores debe denunciar los hechos, si no lo hicieran los perjudicados o sus representantes legales”, explican.

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