Tres miradas frente al Resucitado, desde América Latina

  • En el contexto de la Octava de Pascua, Vida Nueva comparte algunas aproximaciones al misterio que sustenta la fe del Pueblo de Dios en Perú, Brasil y Colombia
  • La CEP, lo mismo que los arzobipos de Salvador y de Cali manifiestan su esperanza en el Dios de la vida frente a las realidades más acuciantes del continente

La Resurrección de Jesucristo representa el triunfo de la vida sobre la muerte. Desde América Latina, durante esta Octava de Pascua, los obispos han reflexionado en torno al misterio que sustenta la fe del Pueblo de Dios. Vida Nueva comparte las miradas de tres de ellos que desde Perú, Brasil y Colombia manifiestan su esperanza en el Dios de la vida que con fe y ternura invita a transformar el mundo.

Rezar por nuestro Perú

Los días que antecedieron la Semana Mayor fueron bastantes convulsionados en el ámbito político peruano, donde incluso la Iglesia ha tomado parte como mediador para encauzar el cúmulo de sentimientos encontrados de una sociedad afectada por uno de los peores males de la sociedad: la corrupción. No obstante, la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) ha expresado que “el Perú contempla este misterio de salvación a través de las diversas expresiones de fe presentes en la costa, la sierra y la selva amazónica”.

“Al mismo tiempo que alimentamos nuestra fe, no olvidemos de rezar por nuestro Perú, habrá muchas cosas negativas, pero el bien siempre brota y se difunde. Los valores tienden siempre a reaparecer de nuevas maneras, y de hecho el ser humano ha renacido muchas veces de lo que parecía irreversible”, han señalado los obispos peruanos.

Los prelados del altiplano andino ven en Cristo resucitado al “Señor de la historia, del tiempo y de la eternidad” y piden que “disipe las tinieblas de nuestros corazones y de nuestros espíritus. Escuchemos su Palabra y alimentémonos con el pan eucarístico; así nuestro corazón volverá a arder de fe y de esperanza”.

Un acto de infinita ternura

Murilo Sebastião Ramos Krieger, vicepresidente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) y arzobispo de Salvador, en su mensaje de Pascua –en nombre de la CNBB– ha llamado a los cristianos a ser testigos de la resurrección de Cristo.

“La resurrección de Cristo exige de nosotros un acto de fe. Sin ese acto, los primeros que escucharon el anuncio de boca de los apóstoles no se hubiesen convertido, el mundo no se hubiese transformado y las comunidades no se hubiesen formado. De la fe en la resurrección de Cristo depende nuestra salvación. Celebrar la Pascua es, pues, creer en la resurrección”, apuntó.

Para el arzobispo de Salvador, la resurrección es sobre todo un acto de infinita ternura con que Dios, después del sufrimiento de la pasión, despertó a su hijo de la muerte a través del Espíritu Santo.

“Resucitando a su hijo, Dios mostró que aceptó el sacrificio de Jesús, que su obediencia le fue agradable y, por tanto, nosotros podremos salvarnos, en el momento que aceptemos a su hijo como nuestro Señor”, acotó.

“Salir del matadero”

“Pascua: salir del matadero”. Con este sugestivo título, en su mensaje pascual –publicado en la web de la Conferencia Episcopal de Colombia– Darío Monsalve, arzobispo de Cali  hace importantes señalamientos frente a la creciente violencia que azota al Pacífico colombiano, especialmente a Cali, donde el índice de asesinatos se ha incrementado considerablemente, llegando a superar incluso a Bogotá.

Es por ello que el arzobispo de Cali considera, al referirse a estos lamentables sucesos, que “calificar el hecho del asesinato de una u otra manera, o dar explicaciones que son ya lugares comunes, es mantener el esquema de ‘dejar pasar’, ‘dejar hacer’, que se replicará una y otra vez, de manera infinita, sin que se conozca la verdad del hecho, de los responsables, de los cómplices, de los móviles y causas, de los investigadores que se hacen cargo, de la garantía de información sobre el proceso, limitada en el tiempo, sobre los casos”.

“Salir del matadero”, es un desafío para no solamente de Cali, sino para toda Colombia, por lo cual, para el pastor, “la Pascua, que se inicia con el mes de abril 2018, nos convoca a mirar juntos la Cruz sin el Crucificado, y la tumba vacía sin el cadáver asesinado”.

“Salir del Calvario y del sepulcro, deshacer todo el entramado y la urdimbre de mentiras, abusos, torturas, dignidad pisoteada, corrupción del poder y abuso del débil, que recordamos cada año en La Pasión y Muerte de Cristo, esa es la Pascua”, ha puntualizado el arzobispo de Cali.

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