España levanta un muro contra los inmigrantes en la frontera sur

  • El Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) presenta su Informe 2016 sobre los CIE en España
  • El año pasado hubo 9.241 repatriaciones forzosas; al día, se detuvo a 100 extranjeros y 25 fueron expulsados
  • Los centros son un instrumento “ineficaz” y que infringe “una situación de reclusión innecesaria”, denuncia el informe

inmigrante subsahariano llegado en patera a España Málaga 2017

La media de repatriaciones diarias en España es de 25,66%, mientras que al día también se detiene, de media, por estancia irregular, a 99,68 extranjeros. Esta es la principal constatación del informe sobre la situación en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) en España, elaborado, como cada año desde 2010, por el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM). [Descarga el Informe CIE 2016 en PDF]

El estudio relativo al año 2016, que se ha presentado hoy jueves 8 de junio en la sede del Defensor del Pueblo en Madrid, revela que un total de 7.597 personas fueron internadas el pasado año en alguno de los CIE de nuestro país. De ellas, 5.695 lo fueron directamente tras arribar en costas españolas.

Es un número significativo, porque de las 14.558 personas que entraron irregularmente por nuestras fronteras en 2016, 13.173 lo hicieron por el Estrecho.

Expulsados desde los CIE y desde puntos de frontera

Pero aún más significativo es, para Miguel González, coordinador del SJM, que el 70% de los internos en un CIE en 2016 no fueran finalmente expulsados, lo que demuestra que estamos ante un instrumento del Estado “ineficaz” y que infringe “una situación de reclusión innecesaria para una mayoría de los que pasan por uno de estos centros”.

Del total de extranjeros internados, 2.110 fueron expulsados y 95 devueltos, lo que supone que un 29,02% fueron repatriados forzosamente. En total, en 2016 en España, hubo 9.241 repatriaciones forzosas, contando tanto a los internados como los que no llegaron a estarlo, pudiendo haber sido devueltos por las fuerzas policiales en puntos de frontera.

Así, es llamativo que, si bien el total de internos en un CIE desciende en comparación con años anteriores, el índice aumenta de un modo claro en los centros de la llamada “frontera sur”, como en Tarifa-Algeciras.

Hasta 15 años residiendo en España

En la presentación a los medios, los autores del informe, Santiago Yerga (abogado de Pueblos Unidos) y Josep Buades (de la Asociación Claver), mostraron su “estupor” por el hecho de que, entre las personas internadas, además de 513 mujeres, hubo 51 menores (por los 19 de 2015).

Se presentaron hasta 770 solicitudes de protección internacional, pero de ellas solo fueron admitidas a trámite 158, menos que en 2015.

También es llamativo que muchos de los internos en los CIE tenían una situación estabilizada en España, pudiendo haber perdido los papeles tras haberse quedado antes sin empleo. Así, de las 658 personas visitadas por miembros del SJM en algún centro a lo largo del pasado año, un 26% llevaban más de 15 años residiendo aquí, un 16% estaba entre los diez y los 15 años, y un 7% entre los siete y los diez años.

Servicio Jesuita al Migrante presenta informe sobre los CIE en España 2016 junio 2017

Un momento de la presentación del informe hoy en Madrid

Sobre las revueltas en los Centros

En el estudio también se busca dar una respuesta a los numerosos incidentes registrados en varios CIE a lo largo del pasado año, comentando que fueron “protestas desesperadas de personas desesperadas” (en expresión del propio Rodrigo García, juez de control para el CIE madrileño de Aluche).

Para Buades, esta es la línea a seguir, debiendo iniciarse el cambio “desde el lenguaje”, lo que lleva a no hablar de “motines o huidas”, que sí serían expresiones ligadas a un “régimen penitenciario”.

En el fondo, abunda el informe, esto lleva a la reflexión sobre cuáles son las condiciones de vida de los internos en los centros. Algo que el SJM responde con un evidente tono crítico, pues denuncian que existen “ayunas de información, de asistencia jurídica efectiva, de vestuario digno o de actividades de ocio y formativas”. Para ello, añaden, basta con tener en cuenta que el pasado año los CIE de Barcelona y Valencia estuvieron varios meses cerrados, el último de ellos a causa de una plaga de chinches.

Por ello, una de las reclamaciones de la entidad eclesial es que se acabe con la situación de “disparidad de normativas” en los CIE, habiendo grandes diferencias en el ordenamiento interno de un centro a otro, imponiéndose el desconcierto entre los internos, que no suelen saber ni siquiera cómo avanza su caso y si serán finalmente expulsados o no.

Cierre de los CIE… o alternativas

Finalmente, el SJM demanda una vez más “el cierre de los CIE”; aunque, mientras sigan existiendo, pide al menos que “se acuda al internamiento solo como último recurso, cuando falle toda otra medida cautelar alternativa”.

Con el fin de aportar “alternativas” en positivo más allá de la denuncia de la existencias de los CIE y de la situación de quienes están en ellos, Yerga ha enunciado acciones seguidas en otros países y que España debería plantearse al menos “explorar”: dispositivos de acogida por parte de la Administración, tiempo de residencia en una ONG, la posibilidad de que otra persona avale a una cuyo caso está en estudio o incluso una fianza económica que garantice que esa persona se presente en el juicio.

Otros estados también apuestan por la pulsera electrónica, aunque eso el letrado de Pueblos Unidos lo considera inaceptable, por equiparar a migrantes en situación irregular con delincuentes.

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