La Conferencia del Episcopado Mexicano llama a educar y formar en una cultura ecológica

  • El Responsable de la Dimensión Episcopal del Trabajo y del cuidado del Medio Ambiente advirtió la necesidad de que el ser humano “no se sienta el dueño de la creación, sino su custodio y protector”

“Es lamentable que en nuestro hábitat podamos constatar la contaminación de las ciudades, bosques, selvas, campos, mares, el maltrato y discriminación a las personas e instancias que defienden el medio ambiente. Eduquemos y formemos en una cultura ecológica, donde el ser humano no se sienta el dueño de la creación, sino su custodio y protector”, así lo afirmó Monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe, responsable de la Dimensión Episcopal del Trabajo y del cuidado del Medio Ambiente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).

El también Obispo de San Juan de los Lagos refirió que el papa Francisco en su encíclica Laudato si’, “nos recuerda que : «La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común». Es por ello, que Dios, en cuanto Señor de la creación y de la historia, nos guía, conduce e invita a estar siempre en sintonía con Él a través de su creación que es comunión; esta comunión, entre la creación y la humanidad, es querida por Dios, en ella fomentamos el equilibrio y el desarrollo de la misma vida humana en su totalidad”.

Monseñor Jorge Alberto aseveró que cuando esa comunión es fragmentada, se “evidencia un gravoso entorno ecológico-ambiental, manifestado en el calentamiento global, contaminación de tierras y mares, disminución o extinción de flora y fauna, etc. Podemos observar que en nuestro país, hay una gran riqueza natural que se ha visto maltratada y devastada por la sobre explotación de los recursos naturales y los intereses económicos de personas e industrias”.

El Responsable de la Dimensión Episcopal del Trabajo y del cuidado del Medio Ambiente de la CEM recordó que el papa Francisco, “nos ha propuesto y animado a recorrer un camino de conversión ecológica y cuidado de la creación. La Iglesia consciente de su misión invita, fomenta e impulsa a todos los hombres a ser custodios de la creación, a usar misericordia con nuestra casa común”.

Finalmente felicitó a las instancias que “se ocupan y preocupan por el cuidado del medio ambiente, gracias por su esfuerzo. Quisiera mencionar de manera especial, a la gente de nuestros campos que se prepara con gran ilusión y esperanza para cultivar sus tierras en el temporal, que el fruto de su trabajo sea bendecido. Aliento a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a educar, formar y trabajar por el cuidado de nuestra casa común, para revertir el drama, el daño y el maltrato que le hemos provocado”.

El Obispo pidió para que “Santa María de Guadalupe, nos lleve a unirnos más con Dios para provocar en nuestros corazones una conversión ecológica; y poder así, custodiar y proteger el medio ambiente que se nos ha encomendado, para la dignificación de nuestra casa común”.

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